Cuando lees acerca de El Diablo a Todas Horas, probablemente te entren muchas ganas de verla; eso es lo que me pasó a mí, además, parecía estar gustándole a todo el mundo. Pues ahora que la he visto, decir que me ha decepcionado es quedarse corto.

Es demasiado rara para ser disfrutable: un montón de personajes, casi todos interpretados por muy buenos actores y actrices, la mayoría algo "raritos", que hacen cosas malas...porque sí. Salvo por los personajes de Bill Skarsgard y Tom Holland, a ninguno se le da suficiente tiempo en pantalla o una historia como para que conectes con ellos o te interese lo que les ocurre. Según el título de la película están poseídos por el diablo o algo parecido, pero a mi lo que me parece es que están todos para meterles en un psiquiátrico.

Y es muy larga. Más de dos horas que a partir del segundo acto se hacen eternas; y llegando a un punto en el que se vuelve predecible. Muchos dicen que hubiera funcionado mejor como una miniserie, y no les falta razón; aunque eso no hubiera arreglado la pésima trama.

En resumen, decepción. Un magnífico Bill Skarsgard y Tom Holland salvan la película de ser un desastre aún mayor; pero en general, esta vez Netflix no ha acertado.