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Voto de edddddddd:
9
24 de enero de 2017
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El amor duele, y mancha, a veces también quema, en el resplandor del cine en blanco y negro, en la pantalla gigante de las grandes ciudades americanas, de la nocturnidad de los clubes, de la mafia y el vicio, del riesgo de vivir.
Amar es soñar, y comprometerse. Elegir es equivocarse. Elegir es necesario. Para no ser como el asno de Buridán.
El amor duele. Es inasible. Imperecedero.
Woody Allen, como Paul Auster, como cualquier mago, esconde cartas marcadas, para distraernos, para herirnos. El dolor de la herida nos habita, visita, ocupa. Nos viste. La herida se prolonga como la vida, como las navidades que se repiten.
Beldad, amor y dolor. Cine con burbujas, sobresaliente, que moja. Dulce humedad. Hermosura. Carnalidad y celuloide. Estrellas y magia. Besos y lágrimas. Burbujas y cosquilleo.
Amar es soñar, y comprometerse. Elegir es equivocarse. Elegir es necesario. Para no ser como el asno de Buridán.
El amor duele. Es inasible. Imperecedero.
Woody Allen, como Paul Auster, como cualquier mago, esconde cartas marcadas, para distraernos, para herirnos. El dolor de la herida nos habita, visita, ocupa. Nos viste. La herida se prolonga como la vida, como las navidades que se repiten.
Beldad, amor y dolor. Cine con burbujas, sobresaliente, que moja. Dulce humedad. Hermosura. Carnalidad y celuloide. Estrellas y magia. Besos y lágrimas. Burbujas y cosquilleo.