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Voto de Chris Jiménez:
9
Drama Jake la Motta es un joven boxeador que se entrena duramente con la ayuda de su hermano y mánager Joey. Su sueño es convertirse en el campeón de los pesos medios. Pero Jake es un paranoico muy violento que descarga su agresividad tanto dentro como fuera del ring. Incluso su hermano es víctima de su enfermizo carácter. Cuando, por fin, alcanza el éxito, su vida se convierte en una pesadilla. Por un lado, su matrimonio marcha cada vez peor ... [+]
27 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Declarado campeón mundial de los pesos medios en Junio de 1.949, Giacobbe LaMotta nació veintiocho años antes en el seno de una familia de emigrados a EE.UU., que, como muchos italianos en la época, se estableció en el conflictivo y miserable Bronx, donde formó parte de pandillas juveniles, convirtiéndose en delincuente mientras peleaba sin cesar con otros chicos, y casi siempre por expreso deseo de su padre. Su interés por el boxeo le llegó encerrado en un reformatorio, lo que cambiaría su vida para siempre.

Estos y otros muchos detalles fueron escritos por él mismo en su autobiografía, con la que un jovencísimo Robert DeNiro quedaba fascinado en el set de rodaje de "El Padrino II" y que más tarde mostraría a su compañero Martin Scorsese durante la producción de "Alicia ya no vive Aquí"...aunque a éste poco o nada interesaba el mundo del boxeo. A finales de los '70 el director, quien sufría graves problemas de salud por culpa de las drogas y con una brillante carrera condenada al fracaso, aceptó dirigir el proyecto no sólo por la oportunidad redentora que le brindaba sino, y esto es lo más importante, porque llegaría a sentirse profundamente identificado con LaMotta.
Tras muchos cambios, el guión original de Mardik Martin fue reescrito por Paul Schrader, que luego DeNiro y Scorsese modificarían casi enteramente; un aspecto crucial para éste último a reflejar en la película surgiría por su inmediato desinterés con el boxeo: cuando asistió a un combate en el Madison Square, apartó la mirada de los púgiles hacia una esponja empapada en sangre roja que cayó sobre la lona machando a los asistentes de las primeras filas. Desde ese momento el cineasta supo que la mejor manera de hacer sentir al público la ferocidad de los enfrentamientos era filmar desde dentro del cuadrilátero concentrándose en todos los detalles posibles (tanto interiores como exteriores).

Salvaje realismo elevado a poética de la brutalidad humana por obra y gracia de Scorsese, que entrevió así una alternativa a los estereotipos hollywoodienses en boga en materia de boxeo, apareciendo desde el mismísimo inicio, pues tanto el director como el actor decidieron obviar la infancia y los primeros pasos profesionales del campeón; en lugar de eso el punto de partida será un combate entre éste y Jim Reeves en 1.941, pasando luego a la turbulenta relación con su segunda esposa Vickie y su hermano y manager Joey. Hombre atormentado e inestable, el eterno rival de LaMotta es él mismo, moldeado a una violencia siempre presente en su vida, la cual no se rige por otro camino salvo el del sacrificio y el castigo.
Scorsese, al tiempo que se sirve de un impactante realismo para radiografiar de manera cruda y auténtica la vida de la comunidad italoamericana (dicha precisión documental se presenta literamente en las secuencias familiares rodadas en color) y los entresijos del mundo del boxeo, siempre manejado por la poderosa mafia desde las sombras, se dedica a interpenetrar en el aspecto psicológico y emocional, planteando una evolución característica que siempre ha ocupado su obra: el duro ascenso a la gloria, la paulatina autodestrucción y el inevitable descenso a los infiernos, todo ello quizá con la esperanza última de alcanzar la redención espiritual.

En las antípodas de epopeyas deportivas como "Rocky" (que empezaban a invadir las pantallas) y a lo largo de su estructura argumental colmada de acrobáticas elipsis, no será por tanto el boxeo sino la incapacidad de lograr una paz interior, la caída en el abismo y el trato de personajes el epicentro de "Toro Salvaje", melancólicos seres en descomposición, arrastrados a un torbellino de violencia, mentiras y desconfianzas (sobre todo las provocadas por los terribles celos, uno de los temas centrales) y atrapados en un ambiente hostil y claustrofóbico cuya única salida posible es la muerte o la decadencia más absoluta; ambiente vivido tanto dentro como fuera del cuadrilátero (el doméstico, el de la calle).
Sirvan de ejemplo dos inolvidables escenas para corroborar esto: la de un Jake obeso, demacrado, que ha tocado fondo y envuelto entre tinieblas golpeándose contra las paredes de la celda, la cual ha pasado a la historia como uno de los momentos de derrota más tristes, brutales y humanos recreados en el cine, y la pelea final contra Robinson, sobresaliendo más que nunca los impecables aspectos técnicos (detallado en Zona Spoiler). Por supuesto destaca la vitalidad y nervio del director, que filma cada combate con la intención de sumergirnos en el escenario hasta el punto de lograr asfixiarnos en él y, por el contrario, proponiendo una cámara subjetiva y más bien estática en las secuencias de las peleas domésticas (acrecentando así el tono violento).

En sus garras, un grupo de talentosos actores que brindan unas interpretaciones memorables, como Frank Vincent, Joe Pesci o la bellísima Cathy Moriarty, aunque todos los elogios son para un Robert DeNiro inmenso, hipnótico e imponente, metido a conciencia en su papel y capaz de hacer sentir al espectador todo tipo de emociones, desde la fascinación hasta la repulsión (es imposible empatizar con su personaje) y, en última instancia, la compasión. Dolorosa y trágica fábula con reminiscencias a "Ídolo de Barro", "Nadie puede Vencerme" o "Más Dura será la Caída" coronada con un gran discurso tomado de una de las más emblemáticas escenas de "La Ley del Silencio".
Pese a su nominación a ocho Oscar (perdiendo el de Mejor Película contra el inferior drama "Gente Corriente"), "Toro Salvaje" no logró ni el beneplácito de una buena parte de la crítica ni las expectativas puestas en la taquilla. Tal fracaso dejaría a Scorsese aún más hundido, comprendiendo desde entonces que no formaba parte realmente del serrallo de estrellas de Hollwyood...

no obstante permanece a día de hoy como uno de los más brillantes trabajos de su carrera así como del subgénero del boxeo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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