Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
8
Fantástico. Comedia. Terror Rand (Hoyt Axton) es un viajante que un día regala a su hijo Billy (Zach Galligan) una tierna y extraña criatura, un mogwai. El inocente regalo, sin embargo, será el origen de toda una ola de gamberradas y fechorías en un pequeño pueblo de Estados Unidos. Todo empieza cuando son infringidas, una tras otra, las tres reglas básicas que deben seguirse para cuidar a un mogwai: no darle de comer después de medianoche, no mojarlo y evitar que ... [+]
26 de abril de 2018
Sé el primero en valorar esta crítica
¡¿De dónde puñetas ha salido ese bicho de orejas puntiagudas, afilados colmillos y siniestra risa que está en mi cocina destrozándolo todo?!
Pues no es ni más ni menos que un gremlin. Son groseros, sucios, agresivos, amantes del caos y además trasteaban y rompían los aviones americanos en la 2.ª Guerra Mundial. Definitivamente hay que tener cuidado con estos monstruitos.

Por desgracia no pude disfrutar de pequeño de esta película cuando mi padre me la puso en vídeo, y la razón es que me dio tanto miedo que no hubo más remedio que quitarla. Al contrario que muchos, yo no quería tener un maldito gremlin, porque los vi como criaturas maléficas con el único propósito de molestar a la gente, o matarla...bueno, realmente es que eso es lo que son. Así lo concibió el famoso autor de cuentos Roald Dahl, quien se aprovechó de las terroríficas leyendas de los gremlins y de las cosas tan malas que les hacían a los aviones en la guerra (el accidente que tuvo en su Gloster Gladiator le sirvió de inspiración) para introducirlo en la cultura popular.
El guión por el que tanto se interesó el sr. Spielberg corrió a cargo de un joven Chris Columbus, y la idea de mezclar en una película comedia y terror hizo al director de "Tiburón" aproximarse a un ocioso Joe Dante, con quien ya había trabajado en la serie "En los Límites de la Realidad", el cual había decidido apartarse de las producciones cinematográficas, siendo "Aullidos", realizada tres años antes, su última película antes de aceptar encargarse del proyecto de los monstruitos, con el que, en cierto modo, dio un giro a su estilo de cine y a su carrera.

La historia empieza en un momento de esperanza y felicidad. Sí, es la navidad, que al parecer ha llegado con buen pie a Kingston Falls (para algunos más que para otros...), uno de tantos apacibles pueblecitos americanos donde todos se llevan muy bien y la nieve lo cubre todo esbozando así una entrañable postal familiar, la mejor fecha para hacer un buen regalo a los hijos. El sr. Peltzer decide dar a su retoño Bill algo muy especial, una extraña aunque bonita criatura que compra muy barata en una vieja tienda de Chinatown, llamado mogwai.
El dueño le advierte sobre ella y las tres normas que debe seguir: no le puede dar la luz del Sol, mojarla con agua ni mucho menos darle de comer tras la medianoche. Por desgracia, a causa de un accidente, el mogwai empezará a multiplicarse sin control, pero las criaturas resultantes no tendrán nada que ver con el original a pesar de lucir el mismo aspecto...pues pronto mutarán en unos bichejos feísimos con un apetito voraz por la destrucción, con lo que en un abrir y cerrar de ojos el pueblo se verá sometido a estos pequeños demonios.

El punto fuerte de "Gremlins" está en ese talento natural que posee Dante para combinar perfectamente comedia y terror. Es difícil predecir lo que va a suceder en ese bonito pueblo que se nos presenta al principio (un comienzo de lo más "spielbergiano"), pues el tono entrañable y familiar está muy presente; sí, muy bonito nos parece todo, pero si uno conoce bien a Dante y el tipo de cine que hacía a finales de los '70 sabe que la cosa puede cambiar...¡y joder si cambia! A eso de los tres cuartos de hora, cuando el misterio va incrementándose al aparecer esas asquerosas y horripilantes pupas (me acordé de "Alien"), el tono de película para niños se va a tomar viento entrando en escena el más puro terror.
Porque esa es la dirección que se toma a partir de ahí, por muchas dosis de humor negro que haya; la fantasía de corte infantil torna en una tenebrosa fábula de la escuela de Stephen King rebosante de violencia (¡y eso que la primera versión del guión era muchísimo más violenta!) y secuencias que ponen los pelos de punta, y no me digan que no...de hecho Spielberg tuvo problemas con la censura. Eso sí, Dante asegura mucho entretenimiento y las risas nunca terminan, quedando bien patente en esos divertidos momentos donde vemos a los monstruos comportarse como unos energúmenos bebedores y pendencieros.

Mientras tanto en el film se aprecian los homenajes al cine clásico de terror y el director se toma en serio muchos de los mensajes y moralejas que se nos ofrecen con cautela, y si no atentos al discurso que el sr. Wing le suelta a la familia Peltzer al final. No obstante, la película ganaría mucho más si el ritmo no descendiera en ciertas ocasiones y si los protagonistas fueran algo más carismáticos. Porque hay que reconocerlo, Zach Galligan y Phoebe Cates no tienen madera de protagonistas; el primero es de un soso subido y la segunda no hace absolutamente nada.
Por lo menos sí que podemos gozar con unos buenos secundarios como Frances L. McCain, Hoyt Axton, Glynn Turman, Polly Holliday, a la que dan ganas de ahorcar (qué bien te quedas cuando ves cómo termina la tía), y, cómo no, el impagable Dick Miller, de nuevo a las órdenes de Dante, quien a pesar de la tensión vivida en el rodaje con el metomentodo de Spielberg (el carácter del primero no toleró el autoritarismo del segundo y le puso bien los puntos sobre las íes...lo que no se atrevió a hacer Tobe Hooper en el set de "Poltergeist") convirtió a su "Gremlins" en un bombazo en 1.984, sin importar la fuerte competencia que tenía: recaudó trece veces más de su presupuesto y el merchandising hizo aún más ricos a los productores.

Con ella Dante empezó una nueva etapa en su cine, centrada más en el entretenimiento que en el terror, y el éxito generó no sólo otra bien recibida secuela, sino multitud de imitaciones (el cine de monstruitos se puso de moda, siendo "Critters" un buen ejemplo). Dos momentos para el recuerdo: la escena del cine, con los bichos disfrutando de "Blancanieves y los Siete Enanitos", y la encarnizada lucha entre éstos y la madre de Bill en la casa.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow