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Voto de Chris Jiménez:
10
Comedia. Fantástico A los doctores Venkman, Stantz y Spengler, expertos en parapsicología, no les conceden una beca de investigación que habían solicitado. Al encontrarse sin trabajo, deciden fundar la empresa "Los Cazafantasmas", dedicada a limpiar Nueva York de ectoplasmas. El aumento repentino de apariciones espectrales en la ciudad será el presagio de la llegada de un peligroso y poderoso demonio. (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Le preocupan ruidos extraños a medianoche? ¿Siente usted terror en su sótano o buhardilla? ¿Alguien de su familia ha visto un espíritu, espectro o fantasma?
Si la respuesta es "sí" no espere ni un minuto más, llame a profesionales: ¡cazafantasmas! Porque ellos sí le van a creer.

Los '80, la década del entretenimiento por excelencia, irrepetible, incluso para muchos (como un servidor) gloriosa; difícil resultará a aquellos que la admiran con tanta pasión destacar una sola película, sobre todo dentro de la fantasía o la ciencia-ficción...pero si hay alguna que merece figurar entre las más emblemáticas es sin duda "Los Cazafantasmas", descubierta en mi infancia y ejerciendo tal impacto en mí que aún hoy día, cada vez que la veo, logra sacarme al niño que llevo dentro. Pero pocos saben que en realidad este film surgió como un proyecto personal de Dan Aykroyd, fascinado por lo sobrenatural.
Proyecto que usaría de vehículo de lucimiento para él y su compañero de "Saturday Night Live" John Belushi, quien desgraciadamente murió poco después el mismo año; el guión, que retomaba un concepto ya presentado en "Ghost Chasers" o "Abbott y Costello contra los Fantasmas", acabaría en manos de Ivan Reitman, conocido por sus films de humor gamberro como "El Pelotón Chiflado" o "Los Incorregibles Albóndigas", del cual vería inviable su producción...sin embargo le entusiasmó tanto la idea que no tardaría llevarla a cabo, firmando con Columbia por un holgado presupuesto.

Reitman incorporaría en este proyecto a sus amigos y colaboradores Harold Ramis (que también se encargaría del guión) y Bill Murray, el grupo perfecto para una comedia de éxito, contando además con un equipo técnico de lujo que haría realidad el universo de ensueño imaginado por Aykroyd, el cual nos introduce a Ray, Egon y Peter, un grupo de científicos dedicado al estudio de lo paranormal que tras establecer contacto con un aterrador fantasma deciden montar el negocio de sus vidas: la caza profesional de espíritus, a la que se les acabará uniendo un cuarto miembro: Winston.
Uno de los elementos por los que sin duda más se distingue "Los Cazafantasmas", y es algo que se deja bien patente desde el mismísimo inicio (con el memorable prólogo en la biblioteca que nos prepara para el espectáculo que está por llegar), es esa habilidad innata que poseen Reitman, Aykroyd y Ramis para mezclar la fantasía, el suspense y retazos de puro terror con una comedia en ocasiones ingeniosa, de vez en cuando absurda, lográndose un equilibrio perfecto entre géneros que fácilmente asusta como rápidamente divierte, asegurando la diversión para pequeños y mayores (aunque yo siempre he dicho que ésta no es una obra para niños...).

La introducción de Dana Barrett no sólo añade toques de romance en la tradición de las entrañables comedias clásicas hollywoodienses, sino que iniciará la parte más oscura de la trama, donde hace su entrada Gozer, dios sumerio de la destrucción preparado para atravesar las barreras del espacio-tiempo y condenar a toda la Humanidad a una era de caos, gran amenaza que nuestros amigos deben impedir y para la que se han estado entrenando convenientemente cazando demoníacas criaturas por todo New York, cosa que revelará otro aspecto fundamental del film, y es la épica y elaborada mitología que de la nada crean los guionistas.
Y que conducirá la segunda mitad del metraje por los senderos de un imaginario de siniestra fantasía, cercana al horror (atentos a la secuencia en la Dana es arrastrada desde el sillón), dejando esa comedia que se hallaba más presente durante la primera mitad (basada en una colección de situaciones y diálogos impagables, conteniendo algunas de las frases más divertidas pronunciadas en el cine), aunque sin abandonarla del todo, hasta llegar al tramo final, donde el cineasta nos deslumbra con un emocionante espectáculo que logra lo que muy pocas películas saben: sacar al niño de nuestro interior y hacerle disfrutar al máximo (como me ocurre a mí).

Y es que resulta inevitable no sentirse transportado a un atrapante y fascinante universo de ensueño, de posibilidades ilimitadas (sobresaliendo más que nunca el sensacional trabajo de efectos especiales, fruto de la desbordante imaginación de Richard Edlund), cuando ves a los cuatro protagonistas dirigiéndose decididos a derrotar a Gozer, cuales miembros del "Grupo Salvaje" "peckinpahniano", y cruzando los rayos de sus generadores mientras los edificios de la ciudad son destruidos por el gigante de los marshmallows; en ese momento sabes que la magia existe, y que deseas formar parte de ella.
Difícil de olvidar también es el plantel, formado por los geniales Rick Moranis, Annie Potts, Ernie Hudson y un odioso William Atherton, con Murray, Aykroyd, Ramis y la bellísima Sigourney Weaver a la cabeza (¿como puede asustarse tan fácilmente la heroína de "Alien"?), quienes se sirven de su naturalidad y química en pantalla para dar vida a unos personajes bien definidos a los que uno coge cariño y desea ver una y otra vez. ¿Algo más que debiera destacarse aparte del maravilloso diseño de producción, el trabajo de fotografía de Laszlo Kovacs y la banda sonora de Elmer Bernstein (en la que oímos el mítico tema de la película, adictivo como pocos, cantado por Ray Parker Jr.)?, por supuesto: ¡el alucinante coche de los protagonistas!

Elementos que harían a "Los Cazafantasmas" más de 200 millones de dólares recaudar en taquilla, convirtiéndose en el mayor éxito del año, cuyo tirón generaría una serie de televisión y una irregular secuela en 1.989. Hablamos de todo un hito de su época y del género, algo que está presente en el pensamiento colectivo cuando se habla de la comedia de fantasía definitiva de los '80; nadie podrá arrebatarle dicho prestigio al que asimismo es el mejor film de Ivan Reitman.
Nada de esto ha logrado, ni por supuesto logrará, la enorme basura que hace poco ha estrenado Paul Feig...ni pensarlo.
Chris Jiménez
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