Increíble debut en la dirección de Lawrence Kasdan (que escribe también el guión) para una película que, evocando el "noir" más clásico, convierte una historia sencilla (aparentemente) en una auténtica pieza de relojería en donde cada pieza encajada, descoloca la siguiente (y por consiguiente al espectador) y todo esto rodeado de un calor infernal en donde además de sudor, se desbordarán las más bajas pasiones de sus protagonistas.

Dentro del desarrollo es digno de mencionar la forma en que se va tejiendo la historia principal, apelando a que cada situación amplíe el suspenso de lo que vemos, las consecuencias impredecibles de un amor prohibido, pero esto se lo hace con un estilo tan clásico que no hace más que aumentar su valor estético y por ende admirar el enorme trabajo realizado para poder conseguirlo.

Sobre el reparto destacar a la pareja conformada por un perfecto William Hurt y una imponente Kathleen Turner, cuya presencia y química sobre todo llenan la pantalla, el relato se sostiene sobre ellos de un modo muy particular y sensual. A su lado se dejan ver nombres conocidos como Ted Dansom Richard Creena y Mickey Rourke.

Ya para finalizar en la banda sonora las notas de John Barry completan una obra bastante recomendable, entretenida y muy bien realizada.