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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Bélico Durante la Segunda Guerra Mundial, el destructor H.M.S. Kelly, al mando de Louis Mountbatten, se hundió en el Mediterráneo con toda su tripulación, tras ser bombardeado por los alemanes en la batalla de Creta. El sufrimiento y los recuerdos de los sobrevivientes, es lo que se narra en esta historia en la que, el dramaturgo Noël Coward, escribió el guión, participó en la producción, compuso la banda sonora e interpretó al capitán Edward ... [+]
18 de diciembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Louis Mountbatten (1900-1979) fue un noble inglés que sirvió como oficial de la armada real en la Primera Guerra Mundial, donde tomó parte en la batalla que tuvo lugar en la península Jütland. Después, llegada la IIGM, se le puso al mando del destructor H.M.S. Kelly (la sigla significa que es un barco de su majestad: Her Majesty’s Ship), pero éste fue hundido por los alemanes, el 23 de Mayo de 1941, durante la evacuación de Creta. Considerado un gran marino británico, y tras una larga carrera política, Mountbatten moriría, ya viejo, a consecuencia de una bomba que le puso el IRA cuando se hallaba paseando en aguas irlandesas.

El hundimiento del buque Kelly, fue el que inspiró al renombrado escritor y polifacético Noël Coward, para escribir el guión que, en el transcurso de la IIGM, él mismo produciría, dirigiría (con la asistencia de David Lean), protagonizaría y hasta escribiría la partitura musical. Lean, hasta entonces, había sido un editor en filmes como “Pygmalion”, “49th Parallel” y otros, y fue su experiencia en lo técnico y su amistad con Coward, lo que animó a éste a considerar necesaria su asistencia.

Nunca se estableció cual fue la labor precisa desarrollada por Lean en la dirección, pero es muy probable que haya tenido que ver con la composición escénica cuando Coward actuaba, y seguramente en el montaje final de la película, pues era donde tenía mayor experiencia.

“SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS”, convierte al buque Kelly en el H.M.S. Torrin, y aunque pareciera hecho como un filme de propaganda (nótese la poca relevancia que los directores le conceden a las escenas de guerra), he quedado con la sensación de que es más un filme antibelicista por las muchas cosas que suceden al paso de la historia, porque el eje central del argumento es un penoso acto de derrota donde perdieron la vida dos tercios de una tripulación, e incluso, el desenlace en nada resulta glorioso. El discurso final, es un agregado que no creo que anime siquiera a quien lo escribió, pues huele a vacuo patriotismo y a palabrería inaudible, que ningún sobreviviente del Torrin será capaz de aplaudir.

En lo mejor del filme que son, sin duda, las escenas familiares que recuerdan los náufragos en su difícil sobrevivencia, lo que vemos es la alegría de la familia unida, el entusiasmo que despierta el nuevo romance, la boda que llena de esperanza, el hijo que nace llenando de orgullo a sus padres… pero todo esto es empañado o arruinado luego, por una guerra que solo trae angustia, tristeza y desolación. Hay que oír ese magnífico discurso de Alix Kinross (Celia Johnson) en presencia de su marido -el capitán del Torrin- y de otros amigos, cuando dice cosas tan precisas como que “el barco se convierte en un rival permanente e invencible” para las mujeres de los marinos, ”los cuales darán prelación a éste por encima del hogar, la esposa o los hijos”.

Creo pues, que como llamado a la paz y reivindicación de la vida familiar como principal esperanza de felicidad de los seres humanos, la película de Noël Coward y David Lean, cumple claramente su cometido, y en tal sentido, es más que meritoria.

Título para Latinoamérica: “HIDALGOS DE LOS MARES”
Luis Guillermo Cardona
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