Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Thriller. Drama La primera versión cinematográfica del Dr. Mabuse consta de dos partes: “El gran jugador” y “El infierno”. El doctor Mabuse es un villano que no se siente atraído por los bienes materiales, sino por el placer que le proporciona jugar con el destino de los hombres. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haber realizado “Las tres luces”, Fritz Lang es ya aplaudido por la crítica como un talentoso cineasta y reconocido internacionalmente como uno de los nuevos valores del cine alemán. Es entonces, cuando llega a sus manos la novela del periodista Norbert Jacques, “Dr. Mabuse, el jugador” que primero se había publicado por entregas en el diario Berliner Illustrirten. Junto a su esposa, Thea von Harbou, el mismo Lang se ocupa de escribir la adaptación cinematográfica… y no imaginaron ni la una ni el otro, el carácter premonitorio que tendría, en un par de décadas, esta historia de delirio de poder, de obsesión, manipulación y crímen.

El filme, dada la extensión resultante en el guión, se rodó en dos partes que ahora podemos ver con una duración total de 233 minutos. La primera, titulada “Dr. Mabuse der spieler” (122 m.) y la segunda “Inferno” (111 m.). Haremos referencia a esta versión que es la que hemos visto, pues existen otras impresiones bastante mutiladas.

En la primera, Mabuse, de quien nunca sabremos su nombre completo, pero adviértase el use y abuse (uso y abuso) implicados en su nombre (¿casualidad?), es un psicoanalista, experto en hipnosis, quien descubre que, jugando a las cartas, puede manipular a sus contrincantes, obligándoles mediante sugestión a obedecer las órdenes que él les envía para su propio favorecimiento. Pero, el afán de poder que posee Mabuse, no se limita a esta estratagema sino que se apunta a la manipulación de la bolsa de valores donde hará de las suyas a puertas abiertas.

El filme se desarrolla en época de profunda crisis Alemana (destrucción material, pobreza absoluta, altísima inflación, escasez de alimentos…) donde, las bajas inclinaciones, brotan a todos los niveles como consecuencia de estos efectos heredados de la Primera Guerra Mundial, y lo cual sería uno de los temas básicos de la Escuela Expresionista en la que el sufrimiento ocupa siempre un espacio protagónico.

La primera parte resulta espléndida. Con gran soltura y efectividad en la narración; una historia envolvente, complementada con novedosos toques psicoanalíticos, dejando plasmada la potencialidad de la hipnosis; un efectivo retrato de la manía de grandeza capaz de enterrar hasta el menor escrúpulo, y con un personaje que, desde los primeros planos, devela que estaremos ante un genio de la caracterización que lucirá con igual efectividad como un joven caballero, un burgués de apariencia respetable, un rubio americano…o un célebre psicoanalista.

En la 2a parte, centrado el interés en conquistar el amor de la mujer del conde Told, se pierde notablemente la vitalidad de la 1era parte, pero la última media hora (aunque con un final un tanto inverosímil), nos devuelve al Fritz Lang que ya estaba convertido en uno de los grandes directores de todos los tiempos.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow