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Voto de Natxo Borràs:
7
Intriga. Thriller. Ciencia ficción David Lightman es un joven hacker, un experto informático capaz de saltarse los más avanzados sistemas de seguridad y de descifrar los más herméticos códigos secretos. Accidentalmente un día conecta su ordenador al del Departamento de Defensa americano, encargado del sistema de defensa nuclear. Pensando que lo que ha encontrado son nuevos juegos de ordenador, David juega con la supercomputadora a las damas, al ajedrez y a otros juegos ... [+]
1 de mayo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena Guerra Fría se empieza a cuestionar la capacidad humana para controlar los silos de misiles escondidos por algunos rincones de Estados Unidos. Desde el subterráneo centro de operaciones de Defensa en algún lugar de las Montañas de Colorado deciden suplantar la mano de obra por la WOPR, una enorme computadora que calcula continuamente las operaciones estratégicas ante un inminente ataque por parte de los rusos. Pero lo que no esperaban científicos y militares como McKittrick (John Wood) y el General Beringer (Barry Corbin) en contacto directo con la Casa Blanca es que David (Matthew Broderick), un joven estudiante de Seattle capaz de manipular sus notas del instituto desde el ordenador de su casa, también puede manipular la supercomputadora a su antojo, utilizando de sus básicos y estratégicos juegos de Ajedrez y Tres en Raya, o el peligrosísimo Guerra Termonuclear, el preferido de la máquina…

“Juegos de Guerra” marcó un antes y después. Es una gozada que incluso hoy en día, por su argumento obsoleto en éstos días en que internet es el dueño y amo de cualquier intromisión que va desde descubrir cualquier de los secretos (vía wikileaks) hasta las meteduras de pata que nos ofrecen varias páginas de la web. Pero en esos alegres ochenta donde cualquier peligro o milagro era posible, y que un botón representaba ya toda una amenaza para la humanidad… Ésta película representó el súmmum del entretenimiento en las salas y al margen de los Indiana Jones, Jedis y ET´s y criaturitas de celuloide que aún estaban por venir. La película de John Badham (Fiebre del Sábado Noche) ya mostraba en su compacta resolución que iba a llevarse buena parte de un público ansioso para saber cómo iría el mundo en las próximas tres décadas.
Natxo Borràs
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