Adaptación muy libre de la novela de Agatha Christie ambientada aquí en un aislado hotel en el desierto de Irán (cuando los ayatolahs todavía no habían impuesto su ley) y en que es lugar idóneo como refugio de un grupo de personajes cuyo nexo en común es haberse visto implicados en un crimen. Entre jueces, medicos y actrices se despierta la previsible sospecha de que alguien les está ajusticiando durante la velada ocon envenenamientos, estrangulaciones, accidentales caídas repentinas y como único recurso unas abrasadoras millas de desierto que les esperan si lo que quieren es que quieren es salir vivos de la situación o, en caso contario, morir en circunstancias en las que no se vean implicadas las manos de un asesino.

La película de Peter Collinson (Un Trabajo en Italia) cae en el infortunio de que, por disponer de un buen elenco de estrellas europeas (desde Elke Sommer, Oliver Redd, Adolfo Celi, o dos grandes como Richard Attenborough y Herbert Lom entre otros) se desquita de la atmosfera de la escritora inglesa pàra pretender que esa reunión se disuelva en un aburrido encuentro de cena de acusados, amenizado brevemente con un número musical, gentileza de Charles Aznavour que está entre los comensales y un fatal destino no muy esclarecedor.

El film, en coproducción con España, Alemania y Reino Unido se rodó en Madrid e Irán.