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España España · Murcia
Voto de Evol:
6
Drama En 1916. Bill y Abby, una joven pareja, deciden abandonar la pobreza y la dura vida de Chicago. Acompañados de Linda, la hermana de Bill, viajan hacia los grandes campos de trigo de Tejas, donde encuentran trabajo como braceros en una granja. Recogida la cosecha, el joven y apuesto patrón, al que hacen creer que los tres son hermanos, les pide que se queden porque se ha enamorado de Abby. (FILMAFFINITY)
4 de agosto de 2011
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de Badlands, Malick firma con similar percepción una nueva aproximación a la cara menos amable de la naturaleza humana. En ambos casos se muestran algunos de los más deplorables actos y actitudes imaginables desde una óptica, a priori, neutra y distanciada. Sus personajes toman el peor de los caminos desde una cierta inocencia, sin reparar demasiado en conceptos tales como la culpa y el arrepentimiento que, aun siendo bien conocidos, quedan neutralizados por la lógica aplastante de la supervivencia. Aunque este enfoque de la narración era mucho más estricto en la película precedente, tampoco aquí queda mucho lugar para la redención de los personajes. Incluso cuando se enamoran prevalece el sentido práctico por encima de cualquier otra consideración. En definitiva, Malick se marca un “así-es-la-vida” en toda regla.

Todo esto envuelto en un subyugante tratamiento visual tan concienzudo que llega a cruzar en muchas ocasiones la frontera entre el arrebato lírico y la materialidad puramente mecanicista. No obstante, Malick consigue algo (confirmado en su filmografía posterior) que para sí quisieran muchos directores y que le dota de una mirada propia digna de reconocimiento: poner la meticulosa planificación de la puesta en escena y su virtuosa ejecución técnica al servicio de la construcción conceptual de la narración. Así, elementos tan terrenales como son el cielo, el trigo, el viento y el fuego, encuadrados con belleza y precisión, parecen proclamar esa tesis de lo inexorable según la cual las cosas son como son y poco más se puede hacer. Las criaturas que pueblan el mundo concebido por el director, ya sean errabundos buscavidas o hambrientas langostas, no pueden (ni quieren) desligarse de esa Naturaleza, azarosa e inocente, que se limita a asumir su propia existencia sin más.

Sin embargo, a pesar de su capacidad para elaborar un discurso tan sugerente como éste, Malick no consigue equilibrar todos sus recursos. Aunque de duración estándar la película se hace larga, lastrada por una errónea dosificación de los tiempos y, sobre todo, por unas horrorosas interpretaciones. ¿Descuido o desinterés?
Evol
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