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España España · TOUMBUGTU
Voto de BARKER:
3
Thriller. Drama Jackie está decidida a triunfar como culturista y se dirige a Las Vegas para participar en una competición. En su camino, pasa por un pequeño pueblo de Nuevo México donde conoce a Lou, la solitaria gerente del gimnasio local. El padre de Lou es traficante de armas y lleva las riendas de un sindicato del crimen. Jackie y Lou se enamoran. Pero su relación provoca violencia y ambas se ven inmersas en las maquinaciones de la familia de Lou. (FILMAFFINITY) [+]
14 de abril de 2024
24 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo en el que A24 era capaz de ofrecer, a un público harto de superhéroes y películas panfletarias, un tipo de cine con propuestas interesantes y arriesgadas. Nos dio a conocer una nueva hornada de voces interesantes como Ari Aster, los hermanos Safdie, Alex Garland, Sean Baker o Rose Glass, cuyos proyectos se convirtieron en referentes e influencias directas en otros cineastas posteriores. A24 estaba llamado a ser uno de los últimos bastiones del séptimo arte, uno de esos espacios donde la corrección política y las agendas no tendrían cabida —y de tenerla sería de una forma moderada y siempre al servicio de la historia que se está contando.

Pues bien, empieza a haber señales inequívocas de que ese gran sueño llamado A24 está comenzando a colapsar. No se trata solo de que la mayoría de voces prometedoras que nos presentó tiempo atrás, como Ari Aster, hayan entrado en un círculo vicioso de defecar abortos cinematográficos, como “Beau is Afraid”, y hacernos creer que son obras maestras incomprendidas. Resulta que ahora, y más concretamente desde el inmerecido éxito de “Todo a la vez en todas partes”, A24 se ha convertido en otro sumidero más de la agenda política de turno.

Me explico;

“Saint Maud”—la ópera prima que Rose Glass nos brindó en el año 2019— era un thriller psicológico que sabía a dónde quería ir y cómo llegar. En conjunto no era una película redonda, pero sin lugar a dudas era espeluznante—para bien—en algunos de sus pasajes y muy interesante en su forma de abordar un trastorno esquizofrénico alimentado por el fanatismo religioso. Su protagonista era una inmensa Morfydd Clark que se comía la pantalla hasta el punto de que era imposible pensar en otra actriz para ese papel.
Dicho de otro modo, el debut de Rose Glass era una cinta con sentido, lógica, cierta originalidad, muy cuidada en todos sus apartados y el hecho de que estuviese protagonizada por un elenco femenino no se percibía como algo que estuviese metido con calzador.
Cinco años después—tiempo más que suficiente para regresar con un proyecto interesante debajo del brazo—, Glass nos presenta un aborto cinematográfico marca A24 contemporáneo titulado “Love Lies Bleeding”.
Al contrario que “Saint Maud”, nos encontramos frente a una película hueca, sin argumento, sin rumbo, efectista y que no ha sabido entender bien las fuentes de las que bebe. Es un cruce muy extraño de géneros que no terminan de estar en comunión, de hecho, uno no termina de saber si está frente a un drama romántico, un thriller criminal o una película de explotación mal estructurada. Hay momentos en los que uno parece estar viendo una comedia negra de los Hermanos Coen y al rato siguiente un thriller neo-noir de Nicolas Winding Refn, pero sin lógica ni sentido. Las escenas que pretenden ser chocantes o perturbadoras no logran el impacto de la primera obra de Glass, y eso ocurre en gran parte porque no están construidas sobre una base argumental sólida, están ahí porque sí, para molar. El elenco de actrices hace lo que puede en medio de este caos —Kristen Stewart sigue en su línea de hacer que más de uno se lave la boca a la hora de hablar mal de su capacidad como artista—, pero su inclusión en este relato obedece más a criterios de corrección política e inclusividad que a otra cosa.

Dicho de otro modo, “Love Lies Bleeding” es el arquetipo de cine imperante de hoy en día, que no va de nada, que es muy chula visualmente hablando, que tira de la nostalgia de otras épocas y que gusta mucho a la industria cinematográfica actual porque incorpora temas relacionados con el empoderamiento femenino, la masculinidad tóxica y la homosexualidad.

Y si esto se tratase de un hecho aislado, no me importaría demasiado, pero A24 lleva un par de años conformándose con ser el tuerto en el reino de los ciegos. A las pruebas me remito: “All Dirt Roads Taste of Salt” es mediocre e inclusive porque si, “Beau Is Afraid” es un aborto cinematográfico, “Earth Mama” es feminismo de tercera fila, “Priscilla” es una mediocridad pretenciosa fruto de una hija del nepotismo imperante, y suma y sigue… y cada vez peor.

En fin, hubo una vez un sueño llamado A24, pero al final todos acabamos despertando.
BARKER
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