Hay en este momento varios directores nacidos a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta que, cada uno con su estilo, están realizando algunas de las mejores películas de la última década. De todos ellos el británico Christopher Nolan creo que es el mejor. Hace diez años sorprendió a medio mundo con su ópera prima, Memento. Hoy en día se puede decir que todo lo que ha hecho después supera en mucho el talento demostrado en esta película. Son seis películas en diez años, y cinco de ellas son algunas de las más sólidas y potentes que ha dado el cine comercial americano, ese que se hace pensando en el público. Origen es su última creación, y un nuevo techo en su carrera.
Basándose en un guión original del propio director, Origen es un alarde de potencia narrativa y de talento visual como pocos se han visto últimamente. Origen nos mete de lleno en el mundo de los sueños. Dom Cobb y su equipo tienen una habilidad especial para adentrarse en el cerebro humano a través de los sueños y condicionar así las acciones de las personas. Por ello son requeridos por las grandes multinacionales para realizar labores de espionaje. En una de estas misiones el grado de complejidad será tal, que llevara al equipo a límites nunca antes vividos, y el propio Cobb tendrá que enfrentarse a un trauma de su pasado que pondrá en peligro la integridad de la misión. Pero por encima de la apasionante trama, lo que más cautiva de Origen es la deslumbrante capacidad del director Christopher Nolan de crear un mundo entorno a los sueños absolutamente fascinante, lleno de recovecos y diferentes niveles en los que, sin saber muy bien como, uno nunca llega a perderse. Pese a que la película se mueve en el resbaladizo borde de un precipicio siempre encuentra el lugar para hacer pie sin llegar a despeñarse. La tarea de explicar lo que cuenta Origen es mucho mas difícil que la de entenderlo.
Christopher Nolan monta un entramado argumental absorbente y lo acompaña de su apabullante sentido visual consiguiendo que cada idea que aporta el guión sea trasladada a la pantalla con un derroche de imaginación, energía y seguridad. No hay titubeos ni pasos en falso. El director sabe perfectamente a donde quiere llegar y como hacerlo. Incluso la subtrama del pasado del protagonista, que es la que más discusión ha levantado, creo que enriquece la película más si cabe.
Origen está llena de momentos memorables, entre los que es difícil destacar uno o varios. Por eso solo mencionaré el larguísimo clímax de la historia, que se desarrolla en varios niveles distintos, y donde Christopher Nolan hacer un derroche de habilidad narrativa acompañada de imágenes tan desbordantes como portentosas.
Leonardo Di Caprio vuelve a demostrar que es el mejor actor de su generación, espléndidamente acompañado de un soberbio plantel de actores, en el que vuelve a destacar la arrebatadora presencia de la francesa Marion Cotillard.