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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Drama. Comedia. Intriga Estado de Nueva York, años setenta. Irving Rosenfeld (Christian Bale), un brillante estafador, y su inteligente y seductora compañera Sydney Prosser (Amy Adams) se ven obligados a trabajar para un tempestuoso agente del FBI, Richie DiMaso (Bradley Cooper), que sin querer los arrastra al peligroso mundo de la política y la mafia de Nueva Jersey. (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que la valoración de una película debería ser ajena a cualquier tipo de agente externo. Las películas son lo que son independientemente de su éxito o fracaso en taquilla, o de su colección de premios, nominaciones, o ausencia de ellos. Incluso de si esos premios son Palmas, Osos o Leones (generalmente bien vistos) o de si son Oscars (no tan bien vistos). Y digo esto porque últimamente no tengo claro si el odio visceral que despierta David O. Russell, y sus últimas películas, sería igual de intenso si estas se hubieran estrenado en la temporada de verano, ajenas a todo el revuelo que los Oscar han levantado a su alrededor. Con The Fighter la cosa fue bastante moderada, pero los ataques a sus dos últimas películas han sido tan exagerados como la colección de nominaciones a todos los premios habidos y por haber que han cosechado. Estoy seguro que yo he pecado de lo mismo en muchas otras ocasiones, con muchas otras películas (sobre todo con alguna Palma excesiva), así que tratare de valorar La gran estafa americana atendiendo únicamente a las numerosas virtudes y bastantes defectos que hacen de ella una película tan resultona como irregular.
La gran estafa americana esta libremente inspirada en un hecho real ocurrido en los Estados Unidos durante la década de los 70, la llamada operación Abscam. En ella una pareja de estafadores se ve obligada a colaborar con un agente del FBI en un complejo montaje, con el fin de capturar a toda una red de chorizos y delincuentes formada por políticos y mafiosos. Si no he sido muy preciso a la hora de explicar la trama principal de la película es porque realmente el guion de La gran estafa americana es bastante chapucero a este respecto. En ningún momento tuve claro de que iba la operación Abscam, así que llegados a un punto, el desinterés por lo que me estaban contando empezó a ser cada vez mayor. Me atrevería a decir que, incluso, a sus guionistas, uno de ellos el director David O. Russell, tampoco les interesa especialmente el asunto sobre el que gira toda la película. Desgraciadamente es imposible mantener el listón elevado cuando no te interesa, o no sabes, explicar aquello que quieres contar.
Afortunadamente la trama de La gran estafa americana está salpicada de personajes, secuencias e interpretaciones, que junto a la brillante recreación de la época, consiguen que la película brille como si de un espejo roto se tratase. Cada fragmento por separado mantiene la luminosidad que se le supone, aunque todos los fragmentos juntos solo son capaces de reflejar un conjunto agrietado y confuso.
Los protagonistas principales de la historia son cinco. Irving Rosenfeld, un estafador gordo y calvo pero que desprende un magnetismo que atrae a mujeres más que atractivas, su socia Sidney Prosser una mujer inteligente y atractiva, nacida para vestirse en los años 70, el agente Richie DiMaso un policía impetuoso lastrado por su inseguridad, la arrebatada mujer del primero, una olla a presión que no se sabe cuando puede estallar, y un político honesto metido en un lío que le sobrepasa. Estos personajes y sus relaciones personales resultan bastante más atractivos que la gran estafa que da título a la película. Si además tenemos en cuenta que están interpretados de forma deliciosa y arrolladora, muy especialmente las chicas, por Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jeniffer Lawrence y Jeremy Renner, conseguimos secuencias, momentos, en los que su trabajo provoca gozosos latigazos que nos rescatan del muermo que nos asalta. Esto combinado a la brillantina que rodea estas secuencias, llámese música, peinados o vestidos, nos proporciona momentos tan disfrutables como la escena de la discoteca con Amy y Bradley, o cada una de las intervenciones de Jennifer Lawrence, karaoke incluido, o el explosivo cara a cara entre las dos mujeres, que junto al divertido juego que hay entre el policía y su jefe (Louis CK), componen una serie de momentos que elevan, aunque sea de forma ficticia, el nivel de una historia que ni engancha ni convence.
Mi intención inicial era ponerle un 7 a la película pero creo que este comentario me ha quedado de 6.5 justito.
ernesto
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