Después de la relativa decepción que ha supuesto la revisión de las dos primeras partes de Shrek, y de la fría acogida que tuvo esta tercera entrega, la verdad es que no esperaba gran cosa. Y la verdad es que no es gran cosa, es solo una divertida película, entretenida y con cierta gracia. Pero el encanto inicial que tuvo Shrek se ha perdido definitivamente.
Desgraciadamente aquí ya no hay sorpresas, ni nada nuevo. Los chistes , los guiños y las referencias a otras películas o cuentos infantiles ya no resultan novedosas. Funcionan y en algún caso hasta son ingeniosas, pero el efecto sorpresa ya no funciona.
Sin duda este Shrek vuelve a funcionar entre el público infantil, ya que seguramente sea al que más claramente va dirigida a los niños. Para ellos es una película dinámica y llena de ritmo, para los adulto en cambio además resulta un tanto repetitiva.