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Voto de ernesto:
8
7,8
75.746
Drama
Michael Corleone, heredero del imperio de don Vito Corleone, intenta rehabilitarse socialmente y legitimar todas las posesiones de la familia negociando con el Vaticano. Después de luchar toda su vida se encuentra cansado y centra todas sus esperanzas en encontrar un sucesor que se haga cargo de los negocios. Vincent, el hijo ilegítimo de su hermano Sonny, parece ser el elegido. (FILMAFFINITY) En diciembre de 2020 se estrenó en cines y ... [+]
12 de abril de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que tener mucha seguridad en el proyecto que se tiene entre manos y un enorme valor como cineasta para, dieciseis años después, decidir dar continuidad a una historia que había alcanzado cotas monumentales en sus dos primeras entregas. Para ese momento, hablo del año 1990, la historia de la familia Corleone hacía ya mucho tiempo que pertenecía, no ya a la historia del cine, sino que había entrado directamente a formar parte de su leyenda.
Era lógico pues esperar todo tipo de susceptibilidades en la acogida que iba a recibir la película, por más que fuera el propio Coppola, principal creador de la saga cinematográfica, nuevamente el director. Y aunque la película tuvo una importante repercusión, como era obvio hubo también bastantes opiniones que se encargaron de examinarla al milímetro para sacar todo tipo de pegas. Desde luego El Padrino III no esta a la altura inalcanzable de la memorable segunda parte, pero derrocha cine por los cuatro costados y, sobre todo, se mantiene fiel a unos personajes que ya habían calado hondo en el espectador. El Michael Corleone de El padrino III es el mismo de siempre, el que nos fascinó de joven, y el que con los años ha mesurado su carácter frío y explosivo.
En el momento en que comienza El padrino III Michael Corleone está en pleno proceso de lavado de imagen de cara a la sociedad. El reconocimiento de la Iglesia católica y el intento porque sus negocios sean absolutamente legales, además del paso de los años, nos muestran a un Michael menos impulsivo, capaz, incluso, de ablandarse ante los deseos musicales de su hijo o la sola sonrisa de su hija, su punto débil. Pero no todo podía salir bien y su intento por hacerse con una compañía europea vuelve a generarle todo tipo de problemas, traiciones y sus consiguientes venganzas. Todo ello con la implicación de las más altas esferas del Vaticano. Por su parte Michael decide convertirse en mentor de Vincent, hijo ilegitimo de su hermano Sonny, y único miembro de la familia capacitado para tomar el relevo. La historia culminará donde empezó muchas décadas antes, en Sicilia, y lo hará a lo grande, como solo una gran historia como El padrino podía hacerlo.
(sigue sin spoiler)
Era lógico pues esperar todo tipo de susceptibilidades en la acogida que iba a recibir la película, por más que fuera el propio Coppola, principal creador de la saga cinematográfica, nuevamente el director. Y aunque la película tuvo una importante repercusión, como era obvio hubo también bastantes opiniones que se encargaron de examinarla al milímetro para sacar todo tipo de pegas. Desde luego El Padrino III no esta a la altura inalcanzable de la memorable segunda parte, pero derrocha cine por los cuatro costados y, sobre todo, se mantiene fiel a unos personajes que ya habían calado hondo en el espectador. El Michael Corleone de El padrino III es el mismo de siempre, el que nos fascinó de joven, y el que con los años ha mesurado su carácter frío y explosivo.
En el momento en que comienza El padrino III Michael Corleone está en pleno proceso de lavado de imagen de cara a la sociedad. El reconocimiento de la Iglesia católica y el intento porque sus negocios sean absolutamente legales, además del paso de los años, nos muestran a un Michael menos impulsivo, capaz, incluso, de ablandarse ante los deseos musicales de su hijo o la sola sonrisa de su hija, su punto débil. Pero no todo podía salir bien y su intento por hacerse con una compañía europea vuelve a generarle todo tipo de problemas, traiciones y sus consiguientes venganzas. Todo ello con la implicación de las más altas esferas del Vaticano. Por su parte Michael decide convertirse en mentor de Vincent, hijo ilegitimo de su hermano Sonny, y único miembro de la familia capacitado para tomar el relevo. La historia culminará donde empezó muchas décadas antes, en Sicilia, y lo hará a lo grande, como solo una gran historia como El padrino podía hacerlo.
(sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Francis Ford Coppola se enfrenta a su historia sobre unos mimbres tal vez no tan sólidos, complejos y majestuosos como los que sustentaban El Padrino II, pero aun así consigue atrapar al espectador en una enrevesada red de negocios oscuros que envuelve al mismísimo Papa de Roma. Entre tanto, los asuntos familiares del padrino también vuelven a quebrantar su tranquilidad y la de los suyos. Entre ellos encontramos a un nuevo personaje, Vincent, más apasionado e impetuoso que el joven Michael Corleone, pero que encontrará el equilibrio adecuado para asumir importantes responsabilidades. Andy García estuvo sencillamente arrollador y consiguió el gran momento de su carrera. Además cobra una importancia más que relevante el poder en la sombra que ejerce Connie, nueva matriarca del clan, que vuelve a contar con el rostro de Talia Shire. Ellos son junto al inmenso Pacino los grandes protagonistas de esta tercera parte. Involuntariamente de quien más se hablo fue de la sosita Soffia Coppola que no aprovecho la oportunidad que su padre le dió, algo de los que se ha resarcido a conciencia en su labor como directora.
Si el desarrollo de los negocios e intrigas de la historia es brillante, pero algo irregular, el clímax final, de cincuenta minutos de duración, está a la altura de lo mejor de la saga. El montaje en paralelo de la asistencia de la familia a la ópera con las diversas operaciones de venganza orquestadas en varias direcciones resulta sencillamente memorable, con una escena final en la escalinata del teatro digna del mismisimo Shakespeare.
En resumen, El padrino III puede que no sea la gran obra maestra que todo el mundo esperaba. Pero consigue algo mucho mas importante, que es estar a la altura del mito sin traicionarlo y manteniendo vivos los códigos que hicieron de esta saga una de las más importantes obras de la historia del cine.
Si el desarrollo de los negocios e intrigas de la historia es brillante, pero algo irregular, el clímax final, de cincuenta minutos de duración, está a la altura de lo mejor de la saga. El montaje en paralelo de la asistencia de la familia a la ópera con las diversas operaciones de venganza orquestadas en varias direcciones resulta sencillamente memorable, con una escena final en la escalinata del teatro digna del mismisimo Shakespeare.
En resumen, El padrino III puede que no sea la gran obra maestra que todo el mundo esperaba. Pero consigue algo mucho mas importante, que es estar a la altura del mito sin traicionarlo y manteniendo vivos los códigos que hicieron de esta saga una de las más importantes obras de la historia del cine.