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España España · bilbao
Voto de ernesto:
9
Western. Drama William Munny (Clint Eastwood) es un pistolero retirado, viudo y padre de familia, que tiene dificultades económicas para sacar adelante a su hijos. Su única salida es hacer un último trabajo. En compañía de un viejo colega (Morgan Freeman) y de un joven inexperto (Jaimz Woolvett), Munny tendrá que matar a dos hombres que cortaron la cara a una prostituta. (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hoy en día Clint Eastwood es considerado por prácticamente todo el mundo como el último clásico vivo en activo. Pero esto no siempre fue así. El punto de inflexión en la apreciación que la crítica tenía de él se dio en 1992. Unos años antes, con Bird, ya fue aplaudido, pero fue ese año con Sin Perdón cuando la crítica, el público y los Oscar se pusieron a sus pies. Casi veinte años después sus películas siguen generando la misma expectación y a menudo los mismos elogios que entonces.
Como actor Clint Eastwood fue la cabeza visible del spaghetti western, además de participar en alguna producción de Don Siegel o en La leyenda de la ciudad sin nombre. Como director también tocó el género en El jinete pálido o Infierno de cobardes. Pero en ningún caso se acerco al western con el talento, el estilo y el aroma a clásico con que lo hizo en Sin Perdón.
En ella Clint Eastwood interpreta a un asesino a sueldo, William Munny, que tras la muerte de su mujer, vive en una cabaña solitaria dedicado al cuidado de sus hijos y de su ganado. Pero todo cambiará cuando le propongan un nuevo trabajo. Se trata de vengar la agresión brutal sufrida por una prostituta a manos de unos granjeros. Con la ayuda de un joven impetuoso e inexperto, y de su antiguo compañero de andanzas decide embarcarse en este último trabajo. La presencia de un furioso e despiadado sheriff y los miedos a revivir un pasado ya enterrado convierten esta nueva tarea en una experiencia dolorosa y sin retorno para William Munny.
Uno de los mayores méritos de la película es que deja a ras de suelo al clásico héroe del western. El personaje que encarna el propio Eastwood es, además del clásico e implacable pistolero, un hombre vulnerable, confuso y asustado. No es el típico y legendario héroe de una pieza habitual en las películas del género. Y lo mismo puede decirse de la película. Sin perdón es un western en el que los extremos se tocan. No todo es blanco o negro, los buenos tienen su lado oscuro y los malos… los malos también tienen su lado oscuro. No hay lugar para encumbrar a nadie en un mundo donde la violencia es el pan de cada día.
Sin perdón recuperó un género que estaba prácticamente muerto y lo hizo reduciendo la épica habitual de las películas del oeste, y potenciando su lado más sombrío y pesimista. La redención no es el camino en este clásico instantáneo de Clint Eastwood.
Su trabajo como director resulta de una sabiduría portentosa, va directo al grano, con clase, con estilo y sin traicionar las directrices de un género que gracias a él volvió a brillar como en sus mejores tiempos.
Su trabajo como actor está a la altura del personaje que encarna, y junto a él Morgan Freeman, un brillante Richard Harris en un personaje episódico pero clarificador, y el genial Gene Hackman interpretando de forma arrolladora al brutal sheriff.
Después de casi veinte años Sin perdón es recorada como una de las cumbres del género, al mismo nivel de los clásicos de los años dorados del western.
ernesto
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