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Voto de fresenius:
8
Drama Un policía llamado Nishi (Takeshi Kitano) se enfrenta a la enfermedad terminal de su esposa, al drama de un compañero que ha quedado parapléjico en una redada y a un grupo de mafiosos que le siguen la pista. (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hana-Bi (1997)
Dir. Takeshi Kitano

Sexto largometraje de Takeshi Kitano y primero en el que aparece actuando después de un accidente de moto que casi le cuesta la vida y que le dejó paralizado parte del rostro. Kitano dijo de este accidente que fue un inconsciente intento de suicido, como otra muestra más de la obsesión del director por la muerte violenta. Que este accidente influye en lo que se puede ver en Hana-bi me resulta más que evidente, más allá de que las propias pinturas que Kitano realizó mientras se recuperaba también aparecen en la película. Pinturas que, por cierto, se muestran en un orden tal que forman parte del rompecabezas que el espectador va resolviendo en las dos terceras partes de la película. La historia es muy sencilla, pero hay que recomponerla, tal como hace la esposa del protagonista con otro rompecabezas, el tangram chino y el número cinco. Y cuando todo está resuelto comprendes el final que va a tener, un final hermoso, conmovedor. Solo tres palabras dice la esposa en la película, tres palabras capaces de resquebrajar la más dura entereza de cualquiera que se haya sumergido en la historia.

No tiene sentido dar una sinopsis de esta película, es mejor no saber nada de ella. Una sinopsis recompone parte de la historia cuando es la propia película la que la trocea al principio para que a base de flashbacks y escenas del presente el espectador vaya recomponiendo una historia de violencia y una historia de amor y cariño, de los esfuerzos del protagonista porque ambas permanezcan separadas. La inexpresividad de Kitano puede resultar como muy forzada, pero resulta muy perturbadora. Sobre todo con la manera de mostrar la violencia, que casi siempre ocurre fuera de plano pero con el espectador plenamente consciente de lo que está ocurriendo. Kitano es un maestro de la elipsis, casi siempre termina sus escenas con una composición estática, como un cuadro, que la cámara lentamente recorre para que el espectador imagine qué es lo que ha ocurrido. Pero no lo hace solo con la violencia, también con lo cotidiano, un triciclo en el portal, unas zapatillas de niño, una fresa en un pastel, entones la elipsis se convierte en puro lirismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fresenius
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