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Voto de fresenius:
6
Animación. Drama. Ciencia ficción Ambientada en la Prefectura de Okayama en 2020 justo antes que se celebren los juegos olímpicos de Tokio, nos contará la historia de una joven llamada Kokone y la de un sidecar que se transforma en un robot llamado Hearts. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más de un lustro llevaba Kenji Kamiyama enfrascado en la adaptación/ampliación animada de la línea de tiempo del manga Cyborg 009 de Shōtarō Ishinomori. En el año 2012 estrenó “009 Re:Cyborg”, un largometraje que resultó interesante a secas, y después siguió con la serie de televisión “Cyborg 009: En nombre de la justicia” (2016). Un tanto disperso me ha parecido Kamiyama en sus últimos trabajos, sobre todo desde el segundo largometraje de “Eden of the East” (2010) aunque, desde luego, la calidad técnica de cualquiera de los trabajos que ha realizado Kamiyama es siempre innegable. Parece que va a volver al universo de Ghost in the Shell en este año 2018 con una serie de televisión, circunstancia que hay que celebrar por todo lo alto porque si en algo es importante el buen hacer de Kamiyama es, precisamente, en el desarrollo del universo de GITS a través de la totalmente imprescindible serie Stand Alone Complex (2002-2005) y de su cierre en Solid State Society (2006). Y, ya puestos con este repaso, no se debería dejar sin mencionar otra maravilla de serie que es “Seirei no Moribito” (Moribito, guardián del Espíritu Sagrado) que realizó en el año 2007.

El universo de Cyborg 009 queda atrás y “Ancien y el mundo mágico” (Hirune Hime: Shiranai Watashi no Monogatari, 2017) es el último largometraje de Kamiyama. Un trabajo que no solo dirige sino que también guioniza, circunstancia que viene siendo habitual en el director japonés. El resultado es otra vez, en mi opinión, solo interesante. Una película entretenida aunque de Kamiyama esperaba más sobre todo por la importancia en la dirección de sus primeros trabajos. La película vuelve a ser una muestra de la dispersión que el director viene mostrando últimamente. Es una historia que vas construyendo con lo que se va contando a través de lo que aparentemente son, al principio, dos mundos paralelos pero que luego se muestran como el mundo real y el mundo de las ensoñaciones de la protagonista, Kokone. Ensoñaciones que tienen un motivo. Envolver la historia del mundo real con el uso de la tecnología de la comunicación, algo en lo que Kamiyama se desenvuelve como pez en el agua; plantar un mundo de fantasía altamente tecnificado pero con estética del siglo XIX, además con la presencia de la magia, un kaiju, mechas,…., parece demasiado. La película tiene buenos momentos, interesa al principio por la parte de la realidad, la presentación de los personajes y sus vidas en la ciudad de Okayama. También interesa al final cuando visualmente da lo mejor, pero en su parte intermedia se llega a hacer un tanto pesada porque da la sensación de que no hay una definición clara entre los dos mundos, llega un momento en que casi da igual. Este problema también lo tuvo el trabajo anterior de Kamiyama, “009 Re:Cyborg”, donde los personajes se perdían en unas disquisiciones filosóficas que aburrían al más pintado. En “Ancien y el mundo mágico” casi no hay filosofía, pero también aburre un poco cuando está a medio camino. Es un problema de guion, o de la adaptación del mismo de la novela ligera que escribió el propio Kamiyama.

Lo que no se puede negar a “Ancien y el mundo mágico” es la calidad de la animación. El realismo de los fondos urbanos es marca de la casa, admirable especialmente cuando se ven calles, puentes o edificios reconocibles de Tokio. La animación en las espectaculares escenas finales, la concepción artística de las mismas,… son detalles importantes que compensan en cierto modo las carencias del film. Visualmente la película tiene muy pocos reproches, como tampoco los puede tener en la banda sonora a cargo de Yôko Shimomura.
fresenius
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