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Voto de Javenco:
7
Comedia. Thriller Un guionista (Colin Farrell) busca inspiración para su próximo trabajo, en el que dos excéntricos amigos (Sam Rockwell y Christopher Walken) planean secuestrar a un perro. El asunto se complica cuando el animal de compañía de un mafioso desaparece. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marty (Colin Farrell) es un guionista alcohólico de Los Ángeles cuya crisis de inspiración se va terminando cuando se ve implicado en una tramoya de crimen y asesinatos –similar a la que quiere escribir- gracias a su perturbado amigo Billy (Sam Rockwell) -un actor frustrado dedicado al secuestro de perros- quien trabaja en compañía Hans (Christopher Walken) –un viejo polaco cuya esposa afroamericana apenas se recupera de un cáncer de mama-. Detrás de ellos un grupo liderado por Charlie (Woody Harrelson) –un mafioso local de muy mala entraña excepto con los canes-.

El inglés Martin McDonacg, quien en 2008 dirigiera la espléndida In Bruges (Escondidos en Brujas), vuelve a ponerse al frente de una comedia negra, esta vez con céfiros “tarantinianos”, pero con un guión más entresijado –incluyendo en la narración las historias que el protagonista trata de escribir-, con escenas a veces indigestas y medio caricaturescas, pero en suma irresponsablemente divertido si no se es escrupuloso con las gamberradas, el humor lóbrego, y los continuos cambios de ritmo que hacen inesperado el destino de los desquiciados personajes -algunos de los caules son una verdadera caja de Pandora-. De hecho algunas de las historias –en especial la del “quakero” y la del vietnamita, no tanto la del “viejo del conejo”- son dignas de un spin off o un buen cortometraje.

Personalmente, junto con la dirección de McDonacg me atrajo la participación de dos de mis actores favoritos –siempre subvalorados secundarios de lujo-, Walken y Harrelson. En ambos casos han estado superlativos, el primero con una papel decadente que a veces toca fibra propicio para que haga gala de ese cocktail interpretativo que domina perfectamente mezcla de drama, comedia e irreverencia. El segundo, siempre versátil haciendo de hombre temible con sentimientos de adolescente tan tiernos como su perrita shih tzu. En segunda banca han estado Farrell y Rockwell, el primero haciendo una evidente apología al estereotipo del irlandés amante de San Patricio, y el segundo con un performance tan irregular como su personaje pasando de lo genial a lo mofa más bien insufrible y “ridiculona” –supongo que erá parte del guión-.

McDonacg corona su segundo largometraje importante y me sigue dejando una excelente impresión, usando el ambiente semidesértico de California para obtener con la fotografía un show muy apreciable y seudo turístico –esto ya lo hizo con Brujas- en el cual se configuran excelentes y buenas actuaciones, que hacen de la historia un continuo flujo de choques aleatorios -algunos más buenos que otros-, pero que en conjunto generan una pieza entretenida, recordable por su rareza e imperdible si –como es mi caso- uno disfruta del cine más bien freak. Con seguridad espero más obras interesantes de este británico, pues su opera prima aun esta por llegar.
Javenco
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