231/18/09/08) El arte de lo cotidiano. La maestría en mostrarnos la belleza de los problemas domésticos y el como superarlos. Eso es este film maravilloso. Relata como un un padre viudo y mayor, tiene una hija a la que quiere convencer pa ra que se case. Fué la última cinta de Yasuhiro Ozu en la que navega entre el drama y al comedia costumbrista, con un universo de personas bienintencionadas, unos primeros planos brillantes en los que se resaltan las grandes actuaciones de sus protagonista. Unos diálogos deliciosos, repletos de un humor sutíl que hacen que pensemos que el mundo todavía es un lugar con buenas personas. Destacable es la descripción de un Japón postsegundaguerramundial, con todos sus rituales de tomar sake, ceremonias de pedida de mano, etc. El estílo de Ozu en esta cinta me recuerda a Capra, con la diferencia que en el japonés practicamente no hay clímax, todo sucede despacio y con toda normalidad, es el arte de lo cotidiano. Recomendable a todos los que gusten ver un film que solo nos provocará ser mejores personas. Fuerza y honor!!!