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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Drama La historia se sitúa en el siglo XVIII francés, antes y durante la Revolución Francesa. Louise nació de la unión de una aristócrata con un plebeyo, y fue abandonada a las puertas de la catedral de Notre Dame de París. Allí la recogió el padre de Henriette, un buen hombre de condición humilde, que la crió como si fuera su propia hija. Pasado el tiempo, Louise y Henriette son unas lindas señoritas que se quieren como hermanas, y los ... [+]
25 de julio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
228/32(24/07/20) Uno de los clásicos del cine mudo es esta película dirigida por uno de los pioneros del cine silente, David Wark Griffith, con casi un siglo desde su estreno, con el filtro del tiempo en que se rodó, me ha resultado una película ágil, fluida a pesar de sus dos horas y media de duración, manejando bien el recurso del melodrama humano inmerso en un hecho histórico, algo que Griffith solía manejar, en este caso el drama de dos hermanas (en realidad hermanastras) que sufren la locura de entrecruzarse con la Revolución de Francia, entremezclando personajes históricos como Danton o Robespierre, con otros ficcionados. Después de “Broken Blossoms” en 1919 y “Way Down Easten” de 1920, DW Griffith, escribió bajo el nombre de Gaston de Tolignac, transpuso aquí la obra francesa de Adolphe Philippe Dennery y Eugène Cormon “Les Deux Orphelines” estrenada en 1874, adaptada para el escenario estadounidense por N. Hart Jackson y Albert Marshman Palmer. Se filmó en los Estados Unidos dos veces antes de que Griffith hiciera su película: en 1911 por Otis Turner y en 1915 por Herbert Brenon (la película perdida de Theda Bara The Two Orphans). La obra también fue filmada dos veces en Francia en 1910, por Albert Capellani y por Georges Monca. Relato enmarcado en la Revolución Francesa, para lo que Griffith no reparó en gastos, construyó una parcela de París en 14 acres en sus estudios Mamaroneck, y tuvo a su estrella fetiche, Lillian Gish, y su hermana, Dorothy, interpretan a las dos tiernas hermanas (curioso como en un acto poco menos que incestuoso-lésbico no hacen más que darse besos en la boca, sería costumbre) huérfanas atrapadas en los sangrientos acontecimientos, así como manejando en varias escenas enorme masa de gente (bailes, bullicio en calles, batallas, ...), así como un trabajo de vestuario brillante para la recreación de este tiempo y convulso lugar. En realidad Griffith tiene un mensaje político marcado desde el inicio para advertir a su nación contra los peligros emergentes de Rusia del bolchevismo, tratando en su devenir la lucha de clases, y como lo mejor es el entendimiento como alegóricamente dice un noble ante el pérfido Comité de Salud Pública, ‘Si, soy un aristócrata, pero un amigo del pueblo’. Griffith no se complica en dar profundidad a sus personajes, los buenos son muy buenos y los malos, pues malísimos, quedan definidos desde el principio, no tienen evolución alguna, simplemente son llevados de un lado a otro por el azar. Una épica narración que se abre con varias subtramas que habilidosamente convergen en su clímax final, tan del gusto Griffith creando una contrarreloj de los buenos intentando salvar a una dama de los villanos, y con ello los travellings en primer plano que emergen con ingeniosa edición. Y es que Griffith ofrece sus conocimientos del medio con los que ya había experimentado años atrás, con montaje eléctrico, con trepidantes avances hacia la cámara, con encuadres medidos, con profundidades de campo, con vistosas panorámicas, diferentes ángulos de una misma escena, creando tramos de suspense, siendo espectacular el clímax final, de una cabalgata de decenas de jinetes por París.

La última película de Griffith que presentó tanto a Lillian como a Dorothy Gish, fue un fracaso comercial, luego de éxitos de taquilla como The Birth of a Nation y Broken Blossoms. Cuando Griffith completó su película para su lanzamiento, se había hecho una versión rival alemana de la historia y se estaba preparando para su lanzamiento en Estados Unidos al tiempo que la versión de Griffith. Griffith compró los derechos de distribución de EE. UU. A la versión alemana para que no entrara en conflicto con el potencial de ganancias de su propia película.


Ahora en su adolescencia, Henriette (Lillian Gish) y Louise (Dorothy Gish) viajan a París con la esperanza de encontrar una cura para la ceguera de Louise. Tan pronto como llegaron, el lujurioso Marqués de Praille (Morgan Wallace) secuestra a Henriette y la lleva a un baile que está dando en su finca. Allí, ella es rescatada de los avances del marqués por el apuesto joven caballero de Vaudrey (Joseph Schildkraut). Mientras tanto, Louise es secuestrada por una familia de mendigos que la obligan a cantar limosnas en la calle. El conde de Linieres (Frank Losee) ordena a De Vaudrey, su sobrino, que se case con una mujer noble, pero el joven, que se enamoró de Henriette, se niega e insta a su tía, la condesa de Linieres (Catherine Emmett), a encontrarse con su amado. Mientras la condesa, que de hecho es la madre de Louise, está de visita Henriette, la niña oye la voz de Louise en la calle de abajo. Justo cuando está a punto de bajar corriendo las escaleras y unirse a su "hermana" perdida, es arrestada por los hombres de De Linieres y llevada a prisión. Decidido a romper el romance de su sobrino con Henriette, el conde también ha arrestado a De Vaudrey y confinado en una fortaleza lejos de la ciudad. Un tribunal dirigido por Robespierre (Sidney Herbert) sentencia a muerte a la pareja: su crimen es refugiar a un aristócrata; Su crimen es ser uno. Mientras Henriette y De Vaudrey son conducidos a la guillotina por Danton (Monte Blue).

Griffith coloca en el centro dramático de su historia a una pareja de jóvenes virginales, puras, indefensas, frágiles, incluso una es ciega, incrustadas en el Ojo del Huracán de la Historia. Aunque la Historia es tocada de modo superficial, en brochazos gruesos, sin ahondar en las causas y desarrollo, relativizando los acontecimientos en momentos álgidos como la Toma de la Bastilla, los juicios del Comité de Salud Pública, o la Plaza de la Concordia y los guillotinamientos... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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