Haz click aquí para copiar la URL
España España · madrid
Voto de saudade:
8
Intriga Cuando el Estado intenta expropiar su plantación para construir una autopista, Charlotte Hollis (Bette Davis), una rica solterona del Sur que lleva treinta años recluida llorando la muerte del hombre amado, pide ayuda a su prima Miriam (Olivia de Havilland) y a su viejo amigo Drew (Joseph Cotten). (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2008
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una decadente Charlote Hollis (Bette Davis); enajenada desde la muerte del hombre al que amó - hace más de treinta años- vive en un lugar en el que todos sospechan de ella como la que perpetró la muerte del amante.

Dos años más tarde de "Qué fue de Baby Jane?", Robert Aldrich repite equipo de rodaje, guionistas y actriz principal para seguir ahondando en la maldad del ser humano; la inmoralidad y el exceso con su nuevo título "Canción de cuna para un cadáver".

La película arranca con las leves notas de un piano al que acompaña una voz tarareando los acordes de una inquietante nana "Hush, hush... Sweet Charlotte".
Conforme se va acercando el inicio, la canción de cuna comienza a degenerar en unas notas alargadas y lúgubres cual silueta fantasmagórica.

Estamos ante uno de los trabajos más macabros y desconcertantes de la siempre inquietante Bette Davis - "La loba" 1941, "Eva al desnudo" 1950-; personalidad inconfundible dentro del panorama holliwodiense, que creara más de un quebradero de cabeza en directores de lo más experimentado.

Sin ir más lejos, en el título que nos ocupa, y valiéndose de la enfermedad alegada por Joan Crawford (para quien, en un primer momento, era el papel principal), Davis se quedó con el papel protagonista, sacando del proyecto a Katharine Hepburn y Vivien Leigh (quienes no aceptaron compartir escena con sus excentricidades y mal humor - esto último, y como siempre, según las malas lenguas- )

Los puntos fuertes a favor de "Canción de cuna para un cadáver" radican, además de en la partitura anteriormente comentada (que debemos a Frank de Vol), y las gloriosas interpretaciones del equipo, en un extraordinario tratamiento del blanco y negro. Una fotografía con un amplísimo estudio de luces y sombras que dotan a la atmósfera - ya de por si sobrecogedora- de un equilibrio dramático acentuado a cada plano.

No os perdáis esta gran película, tan sobrecogedora como potente, no podrá desaparecer de vuestra cabeza para siempre...
saudade
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow