Película montada a partir de episodios para una serie de televisión cuyo argumento gira alrededor del terrible secreto que alberga una casa, y del libro que sobre la misma escribe el protagonista, David Soul (el de Starsky y Hutch). En realidad se trata de una adaptación del Drácula de toda la vida, con James Mason interpretando el papel de "benefactor" de un ser demoníaco que no aparece hasta pasadas dos horas. Un precalentamiento quizá demasiado lento para esta larga historia de vampiros (tres horas) con Nosferatu incluído (inspirado en el de Murnau y Herzog), que no obstante está bien realizada. No hay sangre ni violencia, y los efectos son un poco de andar por casa pero aún así, tiene buenas intenciones e interpretaciones (especialmente la de James Mason), y casi se deja ver de principio a fin. En fin, sin más.