Pionera, básica, sencilla, interesante, fresca, contundente, poética, correcta, inquietante, irregular, dinámica, ética, pobre, limitada, enfermiza, siniestra, perturbadora, realista, experimental, genuina y entretenida producción en la que se nos presenta la historia de una pareja de amantes que de una forma trágica y accidental, se ven implicados en un asunto que complica su forma de afrontar el futuro.
Un atrevido y valeroso, Terrence Malick, dirige un guión propio, basándose en una historia real, en la que la joven pareja se adentra en el mundo del crimen y pequeños delitos.
Terrence Malick y los responsables de la película se olvidan del preciosismo y optan por presentar un estilo de vida sucio y lamentable en continuo movimiento, por la agobiante persecución a la que es sometida la pareja de delincuentes. Una historia que se beneficia del toque ligero y desenfadado que le otorga su director, gracias a la forma de ofrecer imágenes, acompañadas por los pensamientos de sus protagonistas.
Bellas imágenes acompañadas por una pegadiza selección musical en todo un relato de delincuentes,
Malas tierras, consigue resultar entretenida y funcionar bien, recomiendo su visionado aunque sea una vez en la vida.