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España España · Plentzia
Voto de Jon:
2
Thriller En 1948, Orson Welles llega a Roma para protagonizar una película. Su carrera no atraviesa un buen momento y todavía no se ha recuperado de su divorcio de Rita Hayworth. Sólo Lea, una esquiva actriz, parece infundirle nuevos ánimos. Repentinamente, un actor muere en sus brazos mientras le murmura unas palabras al oído. La policía intenta demostrar que se trata de un suicidio, pero a Orson esta teoría no le convence. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Insostenible e irregular relato de suspense que sitúa a la figura del famoso actor y director, Orson Welles, en el seguimiento de un crimen. Argumento endeble e insulso, plagado de licencias gratuitas para ubicar a Orson Welles en la trama de un crimen carente de gancho.

Toda la película, en su conjunto, resulta inverosímil y carente de atractivo. Ni el asesinato de uno de los personajes, ni posterior investigación acompañada de revueltas sociales, logra despertar en algún momento la atención del espectador.

Tiene una imagen y ambientación poco cuidada, la selección del reparto de actores deja mucho que desear, empezando por la elección del intérprete que encarna a Orson Welles que en ningún momento da la talla. El resto del reparto tampoco llega a mejorar la situación, tenemos a Christopher Walken paseándose sin pena ni gloria por el relato. Un venido a menos Diego Luna, destinado a ser esclavo de papeles secundarios con toques latinos y una Paz Vega, que se pasa gran parte de la duración de la película poniendo morritos y caras misteriosas.

El argumento mezcla situaciones ocurridas en la realidad con el proceso de la investigación criminal, convirtiendo a Orson Welles en una especie de Sherlock Holmes, algo que llega a resultar insultante para el espectador e incluso para la figura de Orson.

Los responsables de la película intentan tocar muchos aspectos verídicos y realizan un batido plagado de ideas vacías y carentes de lógica perdiéndose en un sinfín de irregularidades.

El cine no tiene por qué ser totalmente fiel a los hechos históricos, pero el problema de Fundido a Negro es que no convence y a pesar de tomarse diversas licencias, no logra despertar el interés por lo que cuenta en ningún momento, llegando a aburrir.

El esquema argumental mezcla de una forma muy torpe la trama de la intriga criminal con los sucesos históricos, introduciendo un romance insulso y forzado, carente de interés. No convence ni como relato de suspense, ni como retrato de los movimientos políticos y sociales que vivió un país, ni como película.

Lo mejor que se puede hacer después de ver Fundido a Negro es enviarla al más lejano y remoto rincón de la mente para sepultarla bajo un manto negro y olvidar.
Jon
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