El rey de los monstruos tiene en esta película una representación digna aunque sea para darle un aprobado. Los demás monstruos que aparecen en esta entrega están bien, también, aunque aparezcan muy poco tiempo para mi gusto. La película no tiene mucho más que eso: le doy un 6 sólo porque no me pareció una película mala y logró atraparme por momentos, pero no puede tener más nota que un "aprobado arañando".

Lo mejor de la película es el diseño de los monstruos: me hubiera encantado tenerlos mucho tiempo en pantalla para poder disfrutarlos en su esplendor, pero esto no ocurre lamentablemente, puesto que aparecen por pocos segundos antes de que nos interrumpan las aburridas y sobreexplicadas escenas protagonizadas por los actores humanos.

Es cierto que los monstruos han sido pensados con un gusto y técnica estéticos sobresalientes, pero al verse animados, su realismo no es verdaderamente convincente. Tanto CGI "sin presencia" (los que preferimos los efectos especiales prácticos sabemos de qué hablamos) le quita la mística que podría llegar a tener una película como ésta. No recordaremos a Godzilla II como una película de culto, ni siquiera como una grandísima película, sino como una obra en la que por momentos parece un videojuego con imágenes computarizadas que no convencen.

Las peleas tienen partes interesantes, pero la mayor parte de ellas lamentablemente están mostradas desde un encuadre que no sirve para resaltar la espectacularidad de una pelea a gran escala: gran parte del tiempo aparecen patas de monstruos enormes mientras caen pedazos de mampostería alrededor de humanos que no queremos ver.

Además, la mayoría de las escenas son de noche y con la cámara temblando: estrategias del director para que sea menos evidente la falta de un CGI más realista.

Las interacciones entre los personajes humanos son aburridas. Pero eso se puede perdonar si son pocas. En este caso son muchas y largas.