Es imposible que una película ya sea moderna o antigua que siga las reglas de western aburra.

Y es que en esta película se ha consagrado Christopher Waltz como un héroe, el cazarrecompensas del título separándose de sus recurrentes papeles de villano recurrentes, y presentando a Rachel Brosnahan en títulos más comerciales, la que será la futura Lois Lane en detrimento de Amy Adams en el nuevo universo de James Gunn en DC (destinado al fracaso en mi humilde opinión al haber despedido la obra maestra de Snyder, aunque debo decir que esta Lois me convence mucho más que Amy Adams).

Una señora casada con un hombre acaudalado, antigua maestra, se ha escapado con su amigo Elijah, un hombre negro y desertor del ejército.
Entonces el marido paga a un cazarrecompensas, Max Borlund (Waltz) para rescatarla y traerla de vuelta para limpiar su buen nombre a lo que Borlund accede, siendo el mejor pistolero de todo Texas.

Junto a él irá Alonzo Poe, un capitán del ejército vestido de paisano, también gran tirador.

Pero la historia se complicará cuando el antiguo recluso Joe Cribbens (un brillante Dafoe) salga y jure venganza contra Borlund, el hombre que lo encerró, mientras Tiberio Vargas hará tratos con cada uno de ellos que querrá cobrar.

Tenemos todos los componentes, y el resultado es una película realmente entretenida, original y que funciona.
Sobresalen tres actuaciones: William Dafoe como un desenfadado y rápido estafador de cartas, la bella Rachel Brosnahan, como una mujer fuerte pero espiritualmente vulnerable, y Christoph Waltz.

De ritmo lento pero gran apoteosis final, la película cuenta con un gran reparto, una originalidad narrativa, unos escenarios perfectos, y una acción muy entretenida.