El planteamiento del film es denodadamente pesimista y deshumanizado, plasma una sociedad presa del relativismo moral que nos invade, el desprecio por nuestros mayores y el abandono por parte de la sociedad, donde el dinero es la meta de la felicidad y el poder. Una jungla poblada por depredadores y presas, leones y corderos, ladrones y víctimas. Aunque a veces, el azar del dulce “caramelito” puede resultar amargo y desagradable. Película en lo artístico, totalmente desigual y absurda, pese a comenzar como una historia inquietante y muy atractiva, que logra su propósito, enganchándote por su acertada trama social y económica. Por una parte plantea una problemática social como es, la tercera edad con personas sin familia que pese a disponer de rentas son víctimas de delincuentes avezados y sin escrúpulos, como la protagonista que no se corta en declararnos sus viles principios y sus deleznables métodos.

Una mujer cruel, cínica y farsante, dominada por la ambición que utiliza con habilidad la demagogia y la impostura para conseguir sus objetivos más abyectos, apoderarse de las fortunas de personas (obviando a la Sra. Paterson, por supuesto) que trabajaron y ahorraron para que parásitos como Marla Greyson (una excepcional malvada, Rosamund Pike) se aprovechen de su esfuerzo. La reflexión que me provoca esta desmesurada película es que las instituciones públicas merecen ser rigurosas e imparciales, para ello deben de dotarse de mecanismos de control que detecten las irregularidades y fallos del sistema, contrastando datos y beneficios privados u opacos para evitar que desalmados vividores nunca se puedan beneficiar de la buena fe del fin que pretende, en este caso la tutela y protección de los débiles. Porque desgraciadamente, el ser humano siempre es susceptible del soborno y la corrupción, todos tenemos un precio, o casi todos para no ofender a nadie. Buena prueba de ello es la lamentable imagen de esos profesionales que hacen un uso inmoral y perverso de su trabajo falseando la realidad.

En mi opinión, el ritmo y la puesta en escena es muy cuidada, la fotografía es de tonos muy fríos por el tipo de historia que cuenta, la primera parte es sugerente, la segunda es detestable. pero en todo caso entretenida para un público poco exigente. Mención especial merece la Sra. Paterson (una excelente Dianne Wiest), advirtiéndole a Marlo: "Soy el peor error de toda tu vida". La primera parte del film me parece acertado, la segunda parte me resulta demencial, como si el argumento hubiera cambiado de autor, veo que también es el director, más por su desatino, todo ello teniendo en cuenta que el cine es, ante todo ficción y no se deben tener prejuicios sobre la verosimilitud, a mí lo que me sorprende es la incoherencia en el desarrollo de lo que me cuentan. Película entretenida para paladares poco exigentes. En definitiva me quedo con un detalle elocuente, nuestra ladina protagonista es fruto de admiración por los medios de comunicación que la presentan como una mujer de negocios a imitar.