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Voto de EL ALBATROS:
7
7,2
4.040
Drama
En Stockton, ciudad de California, un veterano púgil en decadencia (Stacy Keach), que sobrevive trabajando como jornalero agrícola, conoce a un muchacho que quiere ser boxeador (Jeff Bridges) y se lo recomienda a su antiguo mánager, otro perdedor. "Fat City" es una expresión de la jerga boxística que quiere decir "Paraíso en la Tierra". (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las actitudes y decisiones que tomamos en vida siempre tienen consecuencias, sean con aciertos o con errores, debemos asumirlas con dignidad. Más que un film sobre el boxeo, es un film sobre la supervivencia de unos perdedores que podría suceder en cualquier otra disciplina o profesión, lo que ocurre es que el deporte de las 12 cuerdas favorece el triste peregrinaje de nuestros protagonistas que podrían esgrimir eso de... ¡Más golpes da la vida! Les invito al spoiler para que me publiquen esta humilde reseña.
Aunque no es mi intención repetir la ficha técnica para no aburrir al posible lector, sí que me gustaría recordar el estilo y los valores que siempre ha perseguido y mostrado este gran cineasta. John Huston fue un guionista y director siempre interesado en los desarraigados, los perdedores y enamorado de los aventureros con escasa fortuna; si repasamos su filmografía, nos encontramos con toda una galería de tipos perseguidos por la fatalidad y que no encuentran su lugar en la vida: "Cayo Largo", "El tesoro de Sierra Madre", "La jungla de Asfalto", "La reina de África", "Vidas rebeldes" y "El hombre que pudo reinar", entre otras.
"Fat City" asume la poética de los perdedores en una historia de amistad entre un púgil en declive y otro que comienza. Dos parias que deambulan por la vida sin un oficio que les asegure el porvenir y recurren al boxeo con la falsa esperanza de ganar dinero fácil que les garantice un desahogo económico. Se trata de la degradación moral a través de la lucha en el cuadrilátero, el hedor del sudor y la sangre, la nariz rota y las manos deformadas de dar golpes en esos riñones que orinan sangre. Una película humilde en su producción y desesperanzada en su mensaje, muy propia de los años setenta, donde el cine social se caracterizaba por su realismo y desencanto, alejado del ascenso social y el éxito deportivo gracias a una insobornable fuerza de voluntad, estoy pensando en "Rocky" que triunfaría años más tarde.
El boxeo siempre fue una escusa para plantear grandes reflexiones morales en el cine, grandes títulos jalonan su Historia. Una película muy recomendable por su incisivo y acertado retrato de un mundo despiadado y plagado de trampas y recovecos, de aprovechados y explotadores de la miseria humana. Nada optimista pero certeramente sabia sobre la condición humana. El casting es magnífico por su fisicidad y buen trabajo en sus papeles. Un film inolvidable que no ha envejecido en absoluto.
Aunque no es mi intención repetir la ficha técnica para no aburrir al posible lector, sí que me gustaría recordar el estilo y los valores que siempre ha perseguido y mostrado este gran cineasta. John Huston fue un guionista y director siempre interesado en los desarraigados, los perdedores y enamorado de los aventureros con escasa fortuna; si repasamos su filmografía, nos encontramos con toda una galería de tipos perseguidos por la fatalidad y que no encuentran su lugar en la vida: "Cayo Largo", "El tesoro de Sierra Madre", "La jungla de Asfalto", "La reina de África", "Vidas rebeldes" y "El hombre que pudo reinar", entre otras.
"Fat City" asume la poética de los perdedores en una historia de amistad entre un púgil en declive y otro que comienza. Dos parias que deambulan por la vida sin un oficio que les asegure el porvenir y recurren al boxeo con la falsa esperanza de ganar dinero fácil que les garantice un desahogo económico. Se trata de la degradación moral a través de la lucha en el cuadrilátero, el hedor del sudor y la sangre, la nariz rota y las manos deformadas de dar golpes en esos riñones que orinan sangre. Una película humilde en su producción y desesperanzada en su mensaje, muy propia de los años setenta, donde el cine social se caracterizaba por su realismo y desencanto, alejado del ascenso social y el éxito deportivo gracias a una insobornable fuerza de voluntad, estoy pensando en "Rocky" que triunfaría años más tarde.
El boxeo siempre fue una escusa para plantear grandes reflexiones morales en el cine, grandes títulos jalonan su Historia. Una película muy recomendable por su incisivo y acertado retrato de un mundo despiadado y plagado de trampas y recovecos, de aprovechados y explotadores de la miseria humana. Nada optimista pero certeramente sabia sobre la condición humana. El casting es magnífico por su fisicidad y buen trabajo en sus papeles. Un film inolvidable que no ha envejecido en absoluto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El inicio del film no puede ser más sórdido, Tully en ropa interior buscando fuego para encender su pitillo en un cuartucho de alquiler. Los trabajos precarios en el campo con salarios de miseria empujan a intentar volver a pelear. Tully (Stacey Keach) y Ernie (Jeff Bridges), forman parte de un ring de perdedores y representan las dos caras de la misma moneda, la metodología del fracaso. El primero está retirado del ring temporalmente y en plena decadencia, con su rostro machacado a golpes de tantas peleas, redime su pena solitaria con alcohol y tabaco, el segundo apela a su juventud e ingenuidad y la recomendación de Tully que tras cruzar los guantes en un entrenamiento sellarán su amistad. El único consuelo es la amante ocasional para Tully, o la esposa obligada por la maternidad para el inexperto Ernie. Huston filma con detalles de gran puesta en escena toda la miseria y mezquindad de tan inhumano espectáculo deportivo, donde son utilizados como carne para fieras. La veteranía de Tully contrasta con la inexperiencia de Ernie, pero los dos son utilizados por el representante y entrenador en combates de escasa repercusión deportiva y condenados a miserables premios económicos que apenas dan para malvivir. El final del film no puede ser más aterrador cuando vemos al camarero que les sirve un café, un decrépito anciano medio zombi por los golpes que debió sufrir cuando era boxeador, el resultado que les puede esperar a Tully y Ernie.