Hay un gran esfuerzo por el diseño visual. Grandes planos. Hay belleza en la serie y creo que la banda sonora también está conseguida… Pero es lo único. Falla la historia, la estructura narrativa, la presentación de los personajes, la mayor parte de sus tramas son innecesarias, el ritmo no es el adecuado (aburre al espectador dejándole con la sensación de que no ha ocurrido nada en los cinco primeros episodios) y el guión no es nada bueno, salvo en alguna pequeña excepción (siempre cuando refleja con fidelidad el relato de escritor británico).
Dicen que es una adaptación de la Obra de Tolkien, pero en realidad es una transformación de un clásico, por un producto más de la corriente woke que empieza a no tener nada que ver con los escritos de su autor, y exagera hasta el estío postulados como el inclusivismo y el feminismo. Me parece bien que haya personas de color y mujeres guerreras valientes. Pero sin exagerar, por favor, porque cuando un recurso se exagera cae en el absurdo (obsérvese la secuencia de Galadriel metiendo a tres fornidos guardianes elfos en su celda sin apenas pestañear…o luchando con 20 hombres numenoreanos). La virtud de los grandes clásicos es que supieron reconocer la grandeza de la mujer y su valor, sin hacerle perder sus rasgos femeninos (Jane Eyre, Mujercitas, Orgullo y prejuicio) sin convertirlas, como ocurre ahora, en machotas revolucionarias en medio de hombres patanes. Tarde o temprano se darán cuenta de que son “personajes eslogan” carentes de profundidad en la pantalla.
No le auguro un buen final a la serie si sigue por esos derroteros. Si quiere remontar (algo que dudo sobremanera ocurra a estas alturas) será porque recupera la profundidad de los clásicos, aunque lo haga de forma moderna.