Este filme supone el cierre de la saga Blade (o al menos eso espero). La trilogía ha ido de más a menos, perdiendo fuerza con cada nueva entrega, hasta terminar con esta película que es de lejos la más floja de las tres. Mi consejo es que no la veáis, ya que no os vais a perder nada que merezca la pena. No obstante, si queréis visionarla tampoco es que os aguarde un truño de campeonato, pero sí que está muy cerca de serlo.

Conforme se van sacando secuelas de un filme original, sobre todo a partir de una tercera entrega, la historia ya sonará a supervista, los personajes estarán desgastados y se notará una falta de ideas. Necesitas algo nuevo, necesitas un lavado de cara del producto, y quizás un guión que sucediera 50 años después de la segunda entrega, con los vampiros como dueños del mundo y siendo Blade la única esperanza de la humanidad, podría haber sido interesante. No se puede dar más de lo mismo hasta ahora, es decir, mucha acción, muchos tiros, muchos vampiros y el enfrentamiento final de Blade contra un malo malísimo. Aquí lo único nuevo son los personajes que le ayudan en su lucha, y por desgracia hacen bueno el dicho de mejor sólo que mal acompañado. No se puede hacer una película decente sólo matando vampiros a ritmo de música ratonera y con Jessica Biel tirando flechas y enseñando el ombligo.

Voy a hablar de lo que he encontrado bueno y malo en el filme. Empezaré por lo bueno que es muy poquito: Jessica Biel (no por su interpretación sino porque me pone lo buena que está), la escena de la persecución entre Blade y Drácula atravesando los edificios, y los efectos especiales que son buenecitos. Ya está, eso es todo.

Lo malo es casi todo lo demás, así que lo voy a poner aparte. Lo peor sin duda es el abominable personaje de Hannibal King (Ryan Reynolds) ejerciendo de payaso del grupo y diciendo el mayor número posible de tonterías en cada escena, supongo que queriendo dotar al producto de “humor”, pero que acaba siendo desesperante y provocando vergüenza ajena. El resto del elenco de actores no creáis que es mucho mejor: Wesley Snipes actúa con el piloto automático durante todo el metraje (se le nota cansado de su personaje), vaya tela también con Dominic Purcell (Lincoln Burrows para los amigos), que más que hacer de Drácula hace de chulito de barrio (son lamentables algunas escenas suyas, en especial la de la tienda de los góticos). ¿Y qué me dices de la ciega? ¿dónde me la dejas? En fin, que son todos patéticos.

Si los personajes son malos, el guión ya ni te cuento. De entrada, no tiene ni pies ni cabeza y está basado exclusivamente en la acción, pero en la acción sin sentido (cada x minutos, Blade y sus coleguitas tienen que machacar cráneos de vampiros sin importar que no venga al caso o que se sature el filme de peleas). La historia no engancha para nada y por momentos incluso resulta un disparate (por ejemplo, resulta vomitivo el perro-vampiro o que una vampiresa tenga los colmillos en el chumino).