No sé que tiene "Ran" que me ha vuelto loco. No sé si es su ritmo, su sonido, su luz, su color; los planos, las escenas, su composición, su geometría; las actuaciones, el ritmo, el movimiento. Tal vez sea todo funcionando en perfecta armonía como si se tratase del mecanismo de un magnífico reloj. No sé lo que es.

A simple vista parece una película normal, funcional, con algunas escenas realmente buenas, pero desde el minuto uno todo tiene un aire que te rodea y no te deja. En ningún momento se me ha hecho aburrida, pesada o he desconectado. Al contrario, he seguido todo como si fuese uno de esos personajes. A lo mejor solo es la ambientación.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el tratamiento tan natural y simple de momentos claves y con gran carga simbólica. Sin uso de grandes artificios y de la espectacularidad y el efectismo del cine comercial, Kurosawa logra trasmitirnos todo, mostrarnos todo, usando magistralmente el lenguaje cinematográfico y transportándonos a la acción, porque es eso, más que ser una serie de cámaras colocadas estrategicamente parece que somos nosotros, los espectadores, quienes estamos allí.