La última noche de Boris Grushenko puede que sea una de las películas ,técnicamente hablando, más flojas de Woody Allen. Sin embargo, para mí y para mucha gente, es una de sus mejores películas. Aquí encontramos un guion que enlaza una tontería con otra constantemente. No hay un minuto de metraje donde no se meta alguna chorrada. Los diálogos son muy ingeniosos y mordaces, con mucha ironía como suele ser común en sus películas. Pero también encontramos un altísimo contenido de humor absurdo, muy absurdo. En muchas ocasiones parecido a los Monty Python, incluso algunas escenas pueden recordar ligeramente a la saga de "agárralo como puedas". Para mí esta película es un referente en lo que cine de humor se refiere.

Monólogos interiores, primeros planos, chistes de golpes, cámara rápida, anacronismos, una banda sonora que parece sacada de una película navideña, diálogos y reflexiones incoherentes, Woody Allen seduciendo a la cámara y la clásica escena de "usted debe de ser la hermana de Don Francisco"... Todo esto en principio no parece ser un gran reclamo para verla pero la realidad es que encaja realmente bien dando además cierre a la historia con un final redondo.

La pareja protagonista está estupenda. Woody Allen hace de Woody Allen como siempre. Da igual que interprete a un psicólogo, un director de cine, un escritor, un dictador o como en este caso a un ciudadano ruso de principios de SXIX. Los registros de Woody Allen son los que son, como los de Joaquín Reyes. Por no cambiar, no se quita ni las gafas de pasta. Diane Keaton interpreta de forma muy acertada y cómica a la mujer que volverá loco al bueno de Boris, protagonizando varias de las escenas más graciosas de la cinta.

¿Qué me ha parecido la obra?
"No me ha interesado, es flojilla. Aunque el doctor ha interpretado muy bien su papel y la chica que ha salido estaba estupenda. Una sátira de las costumbres modernas más dirigida al corazón que a la cabeza"