33, la edad de Cristo. Hasta ahí todo bien, todo correcto, a partir del año 2010, este número dejó de tener un solo significado a nivel mundial precisamente por los hechos narrados en ésta película.

Un grupo de mineros trabajando o jugándose la vida (a gusto del consumidor) por llevar el sustento a sus familias, entran en una mina de la cual no están tranquilos por su falta de seguridad al cien por cien. Pero por fatalidad que parezca, la ley de Murphy es un hecho y al final si existe alguna posibilidad...pues termina llegando. Y eso ocurre un fatídico día de agosto, ojo, que aunque suene a día caluroso en Europa, en Chile suele oscilar entre 14-17 ºC pero hay que tener en cuenta que los hechos se desarrollan dentro de una mina sin ventilación, donde se acumula la falta de oxígeno y la temperatura ambiente que lo convierte en un infierno por encima de los 35ºC.

La historia trata esos más de 60 días que los protagonistas de ésta hazaña, porque sobrevivir tantos días con esa limitación de alimentos y agua es un auténtico milagro. Hay cosas que brillan en ésta película y otras que son mucho más oscuras. Una cosa que ha funcionado bastante bien es la doble historia, una fuera y otra dentro de la cueva. En especial en la figura del personaje de Rodrigo Santoro, quien se ve en el compromiso moral de no fallar a todas esas familias que acudían a diario en busca de información sobre los mineros. Me alegró ver de nuevo a Gabriel Byrne siempre cumplidor y como curiosidad el maquinista americano, James Brolin, es el padre del famoso actor Josh Brolin. Juliette Binoche ha sido la actuación más creíble y sincera. La participación española me ha resultado muy forzada y pobre, tanto en el papel de Bandera como Mario Casas. Esa falta de dramatismo en las escenas de interior hace que la nota no sea más alta.

Como curiosidad, mucha gente ganó dinero por este hecho, películas, documentales, libros...sin embargo a día de hoy, muchos de los mineros atrapados siguen luchando para que se les abonen esas cantidades prometidas cuando salieron de la mina y llovieron las promesas que siguen sin llegar.