La primera vez que ví esta película tenía alrededor de 14 ó 15 años y me pareció fantástica, pero he de reconocer que pierde mucho con el tiempo.

Desde el punto de vista de un chaval de aquella edad, El Rector era un nuevo héroe. Un tipo con cojones, que llega a un nuevo instituto donde no existe ni leyes, ni normas, ni educación, ni respeto, y él intenta cambiar esto con sus métodos expeditivos. Este héroe no tiene poderes, no vuela, no lleva capa, ni tan siquiera tiene un escudo para protegerse de los insultos y las amenazas. Pero posee algo muy importante...una moto y su famoso bate de beisbol. Ingredientes necesarios en el transcurso de la historia.

El problema principal se centra en un tal Víctor Duncan, que es quien maneja todo el cotarro allí dentro, vende droga, lleva pistola y tiene un séquito de matones a sus espaldas. Para colmo la policía no aparece ni por la cafetería. Este es el argumento. Ahora vamos con los despropósitos en la zona spoiler para no desvelar nada.

Una peli bastante entretenida y hecha única y exclusivamente para el lucimiento particular de James Belushi.