Mejor de lo previble, repito. Hacer una película sobre el porqué Charlton Heston se encontró lo que se encontró en la mítica película de los años sesenta no era tarea nada fácil. Estamos ya muy cansados, extenuados diría yo, de ver largometraje tras largometraje, metros y metros de película basada en efectos especiales de ordenador, muy impactantes, pero que necesitan de algo más que de si mismos como para que nos justifiquen los siete euros de la entrada, al menos para aquellos que conservamos la costumbre de ir al cine, que hundimos las raíces de nuestra cinefilia en el cine clásico de mediados del siglo pasado.

Pues bien, esa musculatura argumental la encontramos felizmente en el “Origen del planeta de los simios”. No hay escena que no tenga como causa la escena anterior. Todo está perfectamente explicado y desarrollado. Los efectos de ordenador sabiamente utilizados y administrados. Que conste que ya se ve que sólo es el inicio, que se intuye otra u otras películas que expliquen el apoderamiento de los simios de este planeta que habitamos para desgracia suya. Pues bien, aquí las estaremos esperando.