Imposible no pasarlo bien cuando tenemos una especie de bebé de dimensiones cada vez más colosales armando jaleo. La verdad, que no sé que película habéis visto pero la que yo he degustado es, sin ser nada del otro mundo, un trabajo entretenido. No tiene una gran historia, al igual que su predecesora, ni tampoco destaca por lo impactante de sus efectos especiales, que a veces se notan muy a lo vivo, ni por sus actuaciones. Pero amiguitos, ¿qué se puede pedir a un producto infantil? Pues exactamente lo que ofrece Randal Kleisser.

Qué queréis que os diga, a mí me ha resultado satisfactoria, y hasta me he reído unas cuantas veces, sobre todo en la parte central con el niño gigante correteando por casa. Como en la anterior hay aventura, demasiado parecida a Godzila, al que se le nombra, humor, valores morales y hasta romance de la mano de una bella Keri Russell con unos 15 años, que anima bastante, con desmayo, amordazamiento e histerismo incluidos. Por lo demás, repite el resto del reparto para una película familiar y agradable. Seguro que os gusta.