Querida, agrandé al bebé

Así parece 'Grease': un golpe de suerte, un momento de lucidez único e irrepetible en la mente (y corazón) de un director cualquiera. Kleiser está devaluado, y este film da buena cuenta de ello. Resulta un tanto triste comprobar lo mucho que prometía con su ópera prima y darse cuenta de qué películas realiza ahora...

Este derivado de la entretenida 'Cariño, he encogido a los niños' no es una mala película. Simplemente, está falta de magia, todo resulta infantil y superficial, como hecho con desgana. Su humor es bastante escaso y pobre, y falla a la hora de ganarse (como mínimo) el atributo de "agradable" o "simpática". Este niño tamaño 'king size' no tiene carisma, no engancha ni con su carácter de entrañable criaturilla. Algo falla. No hay encanto.

Es lo que ocurre cuando te has divertido tanto dirigiendo una película como 'Grease', y no eres capaz de repetirlo, de lograr la chispa adecuada... Debería haberse quedado en mito, como Charles Laughton. Y no exagero.

Aunque quién hubiera hecho 'El lago azul'...

De pequeña me encantaba esta película, al igual que la anterior.
No es buena, es bastante floja, tanto la una como la otra. No están a la altura de otras películas de Disney, pero resultaba muy entretenida.
Ahora la veo y sin más, tiene el valor añadido de la nostalgia, pero poco más.
Es bastante predecible y poco original, pero como siempre digo: también hay que evaluar tomando en cuanta a quién va dirigida la película.

Al igual que su antecesora, es una gran película de entretenimiento y fantasía que te hace pasar un buen rato y te saca alguna que otra sonrisa.
Comedia, Ciencia Ficción y Fantasía nos hacen vibrar en esta cinta para todos los públicos. Como intentemos sacar apuntes cinematográficos no les vamos a sacar demasiado pero sí que tiene buenos efectos y la película cumple el objetivo que es sacarnos un buen ratito agradable.

Notable primera secuela (en 1997 se estrenó la segunda entrega titulada "Cariño, nos hemos encogido a nosotros mismos" y dirigida por Dean Cundey) de la ochentera "Cariño, he encogido a los niños" (1989, Joe Johnston) y estrenada tres años después de la cinta original. Esta vez Johnston no repite como director, pero lo hace Randal Kleiser (Grease, El Lago Azul), y el resultado del producto no me ha defraudado. Bueno, tampoco es la primera vez que veo esta película, la pude ver en su estreno en cines, pero se disfruta como si fuera la primera vez. En el reparto repiten Rick Moranis, Marcia Strassman y Robert Oliveri, retomando sus personajes de Wayne, Diane y Nick Szalinski respectivamente, y se añaden algunos nuevos como Lloyd Bridges (el jefazo de Wayne), los gemelos Daniel y Joshua Shalikar (interpretando al pequeño Adam), John Shea (el villano de la cinta) y la, por aquel entonces, joven actriz, recién salida del Club Disney, Keri Russell (la guapa Mandy, el amor de Nick). Si en la original Wayne encogía a los niños, aquí, se hacen las cosas a lo grande, y por un error, agranda al bebé, llegando a causar el pánico en Las Vegas. La trama es simpática y se hace muy ligera de ver. Trae risas, drama y acción. La partitura musical no vuelve a ser de James Horner, pero el compositor Bruce Broughton no consigue defraudar. Sé que no es perfecta, ni una obra maestra, los efectos no era lo más en aquella época ni lo siguen siendo en la actualidad, pero eso no quita para que, si uno se mete en la historia, la llegue a disfrutar como Dios manda. Mi nota final es de 8/10.

La primera película de la saga puede resultar simpática por innovadora, pero su secuela roza el esperpento.
No entiendo como el señor Rick Moranis puede haber llegado a hacer películas, es de lo peorcito que he visto en muho tiempo.
Una película estúpida en la que todo está cogido por los pelos, quizá guste a los más pequeños.

Mi nota: 4.