Quizás como sudamericano le pudiera haber encontrar algo de positivo a esta película, como español nada de nada. Por no encontrar ni el de muchas palabras, algunas de ellas absolutamente reiteradas, “guevón, loco o la concha tu madre”.

Trata sobre un tema ya muy manido y reiterado, el drama social de la juventud en determinados barrios marginales de Chile, que bien podría ser cualquiera barrio de cualquier país, no solo de allí, y su día a día que, en este caso es absolutamente intrascendente.

Una pandilla de colegas, y uno en especial en el que se centra más el film que trapichea como un camello de poca monta pero que ni ofrece acción, ni trama, ni nada aceptable para sentarte en un cine o delante de un televisor y poder pasar un rato entretenido.

Es un tedio asombroso, una película soporífera, y la he aguantado hasta el final porque jamás dejo ninguna a medias, pero en este caso, ni el final tiene mérito.

Lo debo de respetar pero no concibo como esta película pudo optar a llevarse un “cabezón” como mejor película no española de habla hispana (lo del habla es un decir) en los Premios Goya, tuvo que haber decenas de películas más interesantes. Un 1 porque el 0 no está definido.