Infame cruce entre el terror y la aventura de piratas en pleno siglo XX. El guión es estúpido desde el principio, llegando hasta el ridículo más absoluto. Hay algunas escenas que difícilmente pueden ser más estúpidas. Aunque en algunos momentos parece que puede recuperarse y remontar para llegar a lo aceptable...no lo hace. Va a peor. Y en el karate toca fondo. No digo más.
Michael Caine debía estar sin un dolar, al borde del hambre, cuando firmó trabajar para esta aberración.