Antes que nada y para zanjar el tema, Brave es técnicamente perfecta, la expresión es genial, la iluminación es espectacular. Es un prodigio de la animación.
El pero está en el guión: es evidente que estamos ante una película infantil, y a eso vamos. Pero otras producciones de Pixar (Up y Wall-E especialmente, pero también Los Increíbles o Ratatouille) cuidaban al público adulto incluyendo chistes, referencias o escenas completas destinadas claramente a los adultos. Up o Wall-E te hacen llegar a las lágrimas con unos guiones de altísima potencia, muy por encima de la película infantil estándar. Brave, en cambio, ha abandonado totalmente ese camino para centrarse en una digna y meritoria producción infantil pero que no dice nada, no se le puede sacar una interpretación de más calado, no se salta los esquemas como hacían producciones antes citadas. Es un guión Disney, eficaz, bien cerrado, pero con escasa pegada emocional y nulo impacto intelectual, cinéfilo, social...como tenían algunas predecesoras.

El asunto empieza muy fuerte, con ritmo, una historia interesante, perfilando un buen personaje principal, unas motivaciones y un conflicto. Luego, tras la primera oleada de acción, la cosa queda paralizada, anclada en un ritmo insoportablemente lento y que no dice nada de valor. Y acaba resolviéndose de forma convencional y estúpida. Sudada, vista.
El aspecto visual es bueno, pero deja de tener interés cuando el guión colapsa, porque se vuelve monótono y repetitivo.
Vamos que no aprueba ni de refilón.
Y de nuevo, "naves misteriosas"? Eso que es? Pusieron el título sin ver la película? Que clase de imbéciles vagos e incompetentes se dedican a traducir los títulos en este país?

Chica rica conoce a chico pobre, se aman locamente, pero los padres de ella no toleran la relación. Os suena la historia? Pues eso es lo que hay, con alguna que otra subtrama igual de sudada que no desvelo porque ya serían spoilers.
Cursi para vomitar arco iris, llena de lugares comunes tanto a nivel de estructura general de guión como en el uso de frases azucaradas, relamidas, que debieron sonar cursis si hubiesen sido pronunciadas en los mismos años cincuenta.
Narrada en plan relato tipo Tomates verdes fritos, resulta muchísimo más floja que esa. Sudada y risible, no entiendo esas altísimas puntuaciones y críticas para una producción que es material de televisión a las cuatro de la tarde de un domingo. Es un verdadero monstruo de Frankenstein hecho con trozos de películas anteriores, pasados por una mezcladora de pastelería junto con azúcar, especias y muchas cosas bonitas.
Y a Rachel McAdams el pelirrojo le sienta fatal. Eso sí que me ha sorprendido.

Excesivamente larga película que mezcla varias historias de personajes que van de lo anodino a lo repugnante, pero sin llegar ninguna de ellas a ser realmente apasionantes. Se apoya demasiado en la baza de la infidelidad dando situaciones mil veces repetidas sin aportar nada nuevo. Enorme cantidad de vueltas al tema sexual sin llegar a ningún terreno inexplorado.
Aunque tenga momentos interesantes y buenas salidas, el conjunto no acaba de cuadrar. O cuadraría si durase la mitad y el hastío no acabara con toda la paciencia de uno. Agotadora, de verdad. Cuando llegan los desenlaces, que deberían ser catárquicas oleadas emocionales uno ya está hasta los mismísimos de película.
El reparto de actores es interesante, lleno de actores de segunda fila pero conocidos y que hacen un trabajo efectivo sin ser brillante. Los más interesantes, Julianne Moore, Tom Waits y los espectaculares monólogos telefónicos eróticos de Jennifer Jason Leigh.
Para ver películas que partan de la premisa de las historias cruzadas en la gran ciudad, hay que ver Crash, Magnolia o Pulp Fiction. Esta, sencillamente, no les llega a ninguna.

La valoración de una película depende bastante de las expectativas. Puede ser injusto, pero es lo que hay. Uno, cuando va a ver Sucker Punch, o Immortals, ya va con la idea de pegarse un festín visual y el guión, bueno, ya veremos. En cambio cuando uno va a ver una obra de Scott, supuestamente filosófica y densa, y que además tiene que ser una precuela que explique -eso nos venden- el origen de la mítica Alien, uno espera guión. Ya das por hecho que lo visual estará bien, pero el guión es vital. Y en Prometheus el guión es flojísmo. Después de repasar la película con un amigo, vemos que aun es peor de lo que nos parecía individualmente: no hay ni una escena limpia, sin errores, acciones injustificadas, errores respecto la serie alien...Ya había leído sobre la enorme cantidad de guiones anteriores al definitivo en Alien 3, pero al menos al final se quedaron con un bueno al que Fincher sacó el 100%. Este no es el caso. Prometheus tiene personajes de cartón, planos y sin carisma, y momentos histriónicos, estupideces a lo Looney Tunes... Que uno de los guinostas de Prometheus sea Damon Lindelof, de Lost, explica bastante la cosa: incapacidad para hacer algo coherente y que cierre bien. Jugar con un montón de elementos que molan y en lugar de hacer un tapiz hacer un ovillo.
Y los efectos especiales, meh, nada que no hayamos visto. Que en esto tampoco se avanza tanto, últimamente. Un mal guión, frío, aburrido y si veis los spoilers, con errores.
Bueno, si James Cameron hizo una serie B muy cara en Avatar, Ridley Scott hace exactamente lo mismo con Prometheus. Cameron versionó su Aliens (Marines coloniales contra extraterrestres) y Scott su Alien (terror psicológico y espacios cerrados), y ambas consiguen defraudar mucho.