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España España · Barcelona
Voto de Azatoth:
3
Drama. Ciencia ficción La civilización humana ha sido destruida, aunque quedan vestigios de ella. Un hombre llega a un paraje con la intención de visitar un famoso museo que ha quedado aislado en medio del mar. Los habitantes del lugar, que mantienen ciertas costumbres del pasado, se relacionan con unos extraños seres embrutecidos, que viven aislados en una especie de colonia. El interés del visitante por el museo se va transformando en una obsesión por ... [+]
19 de julio de 2015
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Heredera directa de la genial Stalker -algún "parentesco" he leído que tiene- no llega a la altura de su predecesora. Si ya en aquella me parecía criticable la idea de que había mucho metraje alargado sin compensar por una cantidad suficiente de reflexión, de ideas, en El visitante eso se exacerba. A pesar de tener gran belleza (una belleza oscura, triste), los planos largos son más largos y las ideas transmitidas son más escasas. Quitando algunos detalles teológicos apenas esbozados y alguna frase bien colocada, el resto no aguanta. No tiene sentido, ni a nivel de trama ni a nivel de tema. Grandes imágenes con poco sustento, de manera que al final, personalmente, las imágenes acaban por darme igual. No es soporte suficiente para una película. Imaginaos sentados e inmóviles contemplando una pequeña pintura surrealista, de un tamaño que no debes mover el cuello para verla completa. Es hermosa, de una inmensa belleza. Pero debes contemplarla...durante dos horas y pico. Con cada uno de sus minutos y cada uno de sus segundos, porque así exige el artista que se vea la obra. Tic tac tic tac. Al cuarto de hora ya conoces la pintura hasta la última pincelada. Y queda mucho tiempo. Pero por algún absurdo motivo, esperas que pase algo. Por algo debe querer el autor que estés allí todo ese tiempo. La pintura debe tener algo que decirte. Esperas y esperas, pero no pasa. La pintura, en su tenacidad, permanece pegada al lienzo, quieta.
Pues esa es la sensación. El eterno confundir el cine elevado con el cine peñazo. No hace falta: se pueden transmitir ideas y carga emocional sin que el relato tenga el pulso de un cadáver. Si ni siquiera se transmiten ideas, el ejercicio raya el masoquismo.
También se acaba por perder, en esa falta de esqueleto, la idea de estar ante "algo grande" que da Stalker. Una espera que Stalker le enseñe algo, y aunque se pueda esperar más, algo enseña, y lo atesoras. Si bien El visitante al principio sí parece que transmite esa sensación, conforme va avanzando le va fallando, podríamos decir, la propulsión, y queda totalmente sin combustible durante la media hora final, con apenas tres líneas de texto sin ningún fuste.
Resulta interesante a nivel visual, estético. Como base argumental, también es muy interesante. Pero como obra global se estrella espantosamente al poco de despegar. De hecho, a la mitad del viaje ya empiezas a notar que no vuelas a la altura correcta. Que deberías estar ascendiendo, y no. Desciendes.
Azatoth
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