Película que retrata a uno de los grandes genios de la música que tampoco era un desecho de virtudes en su vida diaria, como lo lo era cuando componía. Tom Hulce (actor de una carrera apenas llamativa) le lleva a la pantalla sabiendo interpretar sus actitudes y carácter (y su risa contagiosa).

Pero ésta película va más allá de mostrar las andanzas de Mozart, es una película que retrata los peores aspectos de un ser humano como la envidia o la mezquindad (Mozart tampoco sale bien parado en algunas escenas retratándole como un borracho y juerguista) personificados en Antonio Salieri (también muy bien interpretado por F. Murray Abraham) bajo una historia de intriga envuelto en una muy buena fotografía de época.

Milos Forman vuelve a demostrar su talento en la silla de director dirigiendo muy bien tanto a actores como las escenas multitudinarias que me parecen difíciles porque deben encajar todos los elementos como un preciso reloj. Y contando con un guión en el que se lleva casi sin furas una historia de intriga retratando a Salieri como un hombre malvado (a pesar de que reconocía secretamente el talento de Mozart) y a Mozart como un genio excéntrico.

La narración tiene sus lagunas llegando a ser aburrido; pero no perjudica demasiado al resultado final.