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Drama
Salma, Laila y Nur, tres mujeres palestinas que viven en un apartamento de Tel Aviv, intentan encontrar un equilibrio entre la tradición y la cultura moderna. Palestinas con pasaporte israelí, las tres han optado por vivir una vida de libertad en Tel Aviv, lejos de sus lugares de origen. Las tres buscan el amor, pero pronto se darán cuenta de que una relación escogida por ellas no es algo fácilmente alcanzable. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Laila y Salma comparten un piso en Tel Aviv, una ciudad caótica donde se reúnen culturas dispares. Un hervidero de creencias y modos de ver la vida. Pero para su desgracia un lugar donde la mujer todavía no ha podido ganarse la misma libertad a la hora de compararse con un hombre.
Laila es una abogada liberal que busca encontrar al amor de su vida, un hombre que la acepte tal y como es. Sin robarle la libertad que ha ido ganando a lo largo de la vida.
Salma es una camarera lesbiana que oculta a sus padres su verdadera sexualidad y que tiene que soportar cenas familiares donde le presentan una larga lista de pretendientes a los que acaba rechazando entre risas e ironía.
Frente a todo esto aparece Nur. Una chica creyente y sometida a los designios de su padre y su prometido. Y aunque en un primer momento se horroriza al conocer a sus nuevas compañeras de piso, pronto se establecerán entre ellas lazos de amistad mucho mas fuertes de lo que habían pensado.
Laila, Salma y Nur son tres personas muy diferentes. Forman parte de diferentes zonas del mundo y tienen estratos sociales muy dispares pero ambas comparten algo.
Su pertenencia al mundo árabe y el sometimiento, la represión y el ambiente claustrofobico al que este las somete a diario.
Haciendo que constantemente tengan que luchar por su dignidad, por su libertad y por su propia autonomía.
En definitiva por su capacidad de decidir por ellas mismas como desean vivir su vida.
Algo de lo que nadie debería ser nunca privado.
Laila es una abogada liberal que busca encontrar al amor de su vida, un hombre que la acepte tal y como es. Sin robarle la libertad que ha ido ganando a lo largo de la vida.
Salma es una camarera lesbiana que oculta a sus padres su verdadera sexualidad y que tiene que soportar cenas familiares donde le presentan una larga lista de pretendientes a los que acaba rechazando entre risas e ironía.
Frente a todo esto aparece Nur. Una chica creyente y sometida a los designios de su padre y su prometido. Y aunque en un primer momento se horroriza al conocer a sus nuevas compañeras de piso, pronto se establecerán entre ellas lazos de amistad mucho mas fuertes de lo que habían pensado.
Laila, Salma y Nur son tres personas muy diferentes. Forman parte de diferentes zonas del mundo y tienen estratos sociales muy dispares pero ambas comparten algo.
Su pertenencia al mundo árabe y el sometimiento, la represión y el ambiente claustrofobico al que este las somete a diario.
Haciendo que constantemente tengan que luchar por su dignidad, por su libertad y por su propia autonomía.
En definitiva por su capacidad de decidir por ellas mismas como desean vivir su vida.
Algo de lo que nadie debería ser nunca privado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Como decía, es un suceso clave el que acaba por cimentar su amistad. La violación de Nur por parte de su prometido. Algo de lo que el mismo se sirve para forzarla a adelantar su matrimonio y poder manejarla a su antojo. Una relación sexual forzada que dejara marcas y secuelas permanentes tanto en ella como en sus compañeras.
Me ha encantado cuando las tres chicas se unen para perseguir al violador y cancelar el matrimonio que Nur tiene con el. Pero sin embargo es una victoria agridulce, algo que no acaba por consolarnos ante tanto maltrato, sometimiento y vejación. Nur consigue que el hombre que la ha violado anule su compromiso pero no consigue poder denunciar esa violación ni tampoco puede admitir haber sido violada abiertamente. Su violador es un tipo religioso y creyente. Alguien que se las da de santo. Un hombre tan corrompido por la moral y la religión que ya no puede ver a su alrededor mas que depravación. Un demonio que ve el mal en la honestidad y es incapaz de ver la maldad que tiene dentro. Una maldad que esconde bajo una beatitud postiza y casposa que todos aplauden.
Si bien es cierto que a alguna gente le chocara la película, a mi me ha encantado. Nos muestra un ambiente donde si bien es cierto que se ha avanzado, la situación de la mujer sigue siendo peliaguada.
Porque aunque Laila y Salma pueden elegir la ropa con la que se visten y las personas con las que tratan,en Tel Aviv siguen siendo tan esclavas como en sus pueblos natales.
Las imposiciones culturales y la represión religiosa intentan robarles una dignidad que se han ganado con mucho esfuerzo. Pero el mundo, ese mundo donde se han criado no se lo pone fácil.
Porque ser mujer en el mundo árabe nunca sera fácil.
Muy recomendable y con un guiño feminista necesario.
Me ha encantado cuando las tres chicas se unen para perseguir al violador y cancelar el matrimonio que Nur tiene con el. Pero sin embargo es una victoria agridulce, algo que no acaba por consolarnos ante tanto maltrato, sometimiento y vejación. Nur consigue que el hombre que la ha violado anule su compromiso pero no consigue poder denunciar esa violación ni tampoco puede admitir haber sido violada abiertamente. Su violador es un tipo religioso y creyente. Alguien que se las da de santo. Un hombre tan corrompido por la moral y la religión que ya no puede ver a su alrededor mas que depravación. Un demonio que ve el mal en la honestidad y es incapaz de ver la maldad que tiene dentro. Una maldad que esconde bajo una beatitud postiza y casposa que todos aplauden.
Si bien es cierto que a alguna gente le chocara la película, a mi me ha encantado. Nos muestra un ambiente donde si bien es cierto que se ha avanzado, la situación de la mujer sigue siendo peliaguada.
Porque aunque Laila y Salma pueden elegir la ropa con la que se visten y las personas con las que tratan,en Tel Aviv siguen siendo tan esclavas como en sus pueblos natales.
Las imposiciones culturales y la represión religiosa intentan robarles una dignidad que se han ganado con mucho esfuerzo. Pero el mundo, ese mundo donde se han criado no se lo pone fácil.
Porque ser mujer en el mundo árabe nunca sera fácil.
Muy recomendable y con un guiño feminista necesario.