Haz click aquí para copiar la URL
Voto de bogartiano:
10
Cine negro Después de asaltar un tren que transportaba 300.000 dólares y asesinar a los maquinistas, Cody Jarret y su banda huyen con el dinero, pero son perseguidos por agentes federales que sospechan que Cody es el autor del robo. Una vez preparada una coartada perfecta, Cody se entrega a la policía y es condenado sólo a dos años de prisión; sin embargo, los agentes del Tesoro, convencidos de que fue el cerebro del asalto, le tienden una trampa. (FILMAFFINITY) [+]
21 de septiembre de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los años 40, se vuelve a poner de moda en el cine la figura del gángster líder, despiadado y megalómano, al igual que en el cine de los años 30. Y aquí nos encontramos con Cody Jarret (James Cagney), un duro, contundente y psicópata malhechor, con un contrapunto en su forma de ser, y es que tiene el complejo de Edipo, pues venera e idolatra a su madre, a la cual vemos en el primer tercio de película, hasta que él va a la cárcel. Sufre varios ataques cerebrales, antesala de su locura (al igual que su padre), y ella se hace cargo de él como si fuera un niño. Minutos después le vemos sentenciar a muerte a un compañero, por estar herido y ser una carga para la banda, que está huyendo de la policía. Impresionante paradoja. Frío y cruel como humano, y como contrapartida un buen hijo, que adora a su madre, que incluso obliga a su novia a que la ayude a hacer la comida, sin esperar un "no" por respuesta.

La verdad es que el resto de personajes, son muy secundarios, aunque dignos. Verna (Virginia Mayo): una femme fatale, con poco cerebro y mucha ambición e hipocresía, "el dinero si no se gasta, es puramente papel", llega a decir. Fallon (Edmund O'Brien): sus papeles siempre son sobrios, pero algo fríos. También cabe destacar a la policía: Se ven infinidad de adelantos técnicos al servicio del bien y el orden: Teléfonos funcionando en los coches patrulla, radios que conectan con la central, con utilización de las coordenadas que les sirven de guía hacia la banda de gángsters, y walkies para estar en contacto permanente. Pero todo esto queda eclipsado por la maravillosa actuación de James Cagney: su forma de mirar a los demás, los gestos que realiza con las manos, su capacidad de liderazgo indiscutible, le hace llenar la pantalla de su carisma a pesar de su baja estatura. Un actor simplemente portentoso y uno de sus mejores papeles.

Raoul Walsh realiza una película sin aspavientos y directa al grano, con los hechos sucediéndose vertiginosamente. Al espectador le tiene siempre en vilo. Diálogos fluidos y sobrios para el bien del film. Sid Hickox fotografía la película de forma convincente y será colaborador de Walsh durante todas sus películas de la década de los 40. Max Steiner formidable como compositor de la música, como casi siempre. Un equipo de lujo de la mejor productora de la época: la Warner Brothers. Por lo menos en films noir.
bogartiano
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow