Esta película resulta un tanto indefinible por la mezcla de estilos western post-moderno, mezcolanzas de samurais y mafias rusas.

El estilo está más en la línea de "The Spirit" que de "Sin City", aunque con más colorido (¡¡¡ójala fuera como Sin City!!!). Dentro de lo lenta que transcurre y las más de 2 horas que dura, que se hacen muy largas por cierto, sí que hay que decir que los personajes más allá de ser creíbles a mi me han parecido graciosos, aunque a lo mejor esa tampoco era su intención...

La trama es un tanto inclasificable, porque ni siquiera puedes estar seguro de que los actores se lo hayan tomado demasiado en serio. Existen algunos momentos buenos, como en algunas peleas y sobre todo la estética que sí que hay que decir que está cuidada, así como el vestuario, pero si estas tres cosas son lo mejor de la película, es que hay poca película que ver.