Uno de los títulos más atractivos y estimulantes del año es esta gran película escrita y dirigida Noah Baumbach que cuenta el proceso de separación de una pareja casada y con un hijo pequeño. Cualquiera que haya vivido lo mismo se sentirá plenamente identificado con las situaciones y vivencias que plantea la historia cuando un matrimonio se rompe.

Sus protagonistas principales ofrecen unas interpretaciones dignas de oscar, en especial la de Adam Driver, muy emocionante la escena en la que improvisa una canción en la que canta todo lo que espera de una pareja. Y de los secundarios de lujo me quedo con la impresionante Laura Dern. No solo sigue en forma con una actuación memorable sino que está de mejor ver que nunca. Qué tipazo!, qué tía!. Y el veterano Alan Alda, muy mayor se le ve ya, encarnando a un abogado que ve a sus clientes como a personas y no como mercancía.

Es verdad que algunos diálogos los encuentro algo pesados, sobre todo, cuando la familia de ella se prepara para entregarle los papeles del divorcio a él, pero por lo demás se trata de una película estupenda.