Sí, lo cierto es que a toro pasado, extraño su estilo de manipulación, la considero más honesta (¿manipulación honesta? ¡Qué carajos estoy diciendo!), y desde luego mil veces más documentada, rigurosa y en cierta manera divertida. Demagógica y tramposa, por supuesto, pero con cierta clase. Además, según pude observar, el tipejo era más o menos educado, no era particularmente agresivo.

Lo único que he podido sacar en claro del batiburrillo de datos y afirmaciones sin fundamento ni aportación de fuentes con que nos bombardea ZEITGEIST, no obstante, es que soy... perdón, ¡somos! todos una insignificante mierda, con insignificantes aspiraciones de mierdecilla, con sueños inútiles (de mierda) y con la misma capacidad de decisión, cambio y contribución a mejorar el mundo que puede tener, por ejemplo, una cucaracha muerta. Eso es lo que somos todos. Todos excepto Peter Joseph, que sí ha aportado precisamente el abrirnos los ojos (me encanta esa expresión que utilizan los Mesías) y darnos cuenta de hasta qué punto no contamos un pepino.

El "documental" afirma (pero con convicción, ¡con contundencia, vaya!) que dentro de cinco o diez años voy a ir corriendo a la tienda a que me coloquen un chip, porque los poderosos lo pondrán de moda y me convencerán de lo guay que será llevarlo. Hasta ahora, luego de un cansineo mediático repetitivo y machacante que ha durado desde mi infancia, lo cierto es que no han conseguido persuadirme ni para ir a votar. Ni tampoco para entrar en un banco a pedir dinero. No sé, no estoy demasiado seguro de que al final logren meterme un chip en el culo para tenerme controlado (entre otras cosas porque no hace falta, para eso está ya Facebook, y antes que eso la Agencia Tributaria, y ambos funcionan de puta madre). También afirma que ya mismo Estados Unidos, Méjico y Canadá se van a unificar. Ni Nostradamus, oiga.

En fin, que hay mucha gente (de origen, talante y palabrería altamente sospechosos) que se empeña en convencer al pobrecito vulgo de lo engañado que está, de lo esclavizado que vive y de lo inútil que es su existencia. Apología nihilista, que dirían algunos; catastrofista, que dirían otros. Yo personalmente me meo en todos ellos, y no sólo porque "sea más feliz creyéndolo así", sino porque tengo inteligencia, criterio, algo de formación, una poquita de cultura, mucha curiosidad, fuerte sentido crítico, capacidad de análisis... y en defintiva, no me chupo el dedo. Obligando a la gente (porque encima te hacen sentir mal si discrepas con ellos y te tildan de "ciego" o de "colaborador del sistema") a verse insignificante, destruyendo sus creencias más sagradas, sus criterios políticos, y hasta sus valores éticos tradicionales, van creando un caldo de cultivo descreído, descontento y escéptico de absolutamente todo. Y cuando digo todo, me refiero a TODO: a la comida del súper, a los anuncios de la tele, al Ayuntamiento de tu pueblo, a Wikipedia, a las vacunas, al potaje que te prepara tu abuela los domingos, e incluso a nosotros mismos... Esta desesperación moral y espiritual es el ingrediente perfecto para la consiguiente manipulación del que pretende vendernos algo.

Y tiene su peligro, porque como ya he dicho, ZEITGEIST manipula muy bien. Demasiado bien.

Y el método para mentir bien, es confundir verdades objetivas y demostradas, con otras verdades no tan demostradas pero muy posibles, con otras hipótesis algo más fantasiosas, con teorías extrañas pero originales, con opiniones de gente informada, con opiniones de gente totalmente desinformada y ya finalmente, con mentiras puras y duras. Añades hechos dolorosos y traumáticos como un atentado terrorista o una guerra, y con esa mezcla (y si eres bueno y tienes la suficiente retórica), puedes hacerle creer al más avispado que sus padres son reptilianos, y que él nació de una vaina como las de LA INVASIóN DE LOS ULTRACUERPOS.

Insisto que lo hace bien (de ahí los tres puntitos que le he puesto). Dice cosas bastante atrevidas y que seguramente tengan mucho de verdad, es sólo que no necesitábamos a ningún iluminado para venir a contárnoslo. Que lo de las Torres Gemelas fue una cosa muuuu rara, con un avión que se estrella en el Pentágono (y ni una sola foto desde más ángulo de la típica esa que se ha visto miles de veces en la tele); con un edificio en el World Trade Center que se derrumba él solito, con un cuarto avión que... no se sabe nada; con un culpable que ni sabíamos quién era, ni explicaron por qué era culpable, ni nos creemos que esté muerto; con un montón de mierdas encubiertas y un presidente francamente odioso... ¡Pues sí, es bastante raro, joder, no somos idiotas! ¿Ahora qué hacemos? Y lo de que EE.UU. ha aumentado su capacidad industrial exponencialmente cada vez que le ha hecho la guerra a un nuevo país, joder, eso también lo sabíamos perfectamente. ¿Ahora qué hacemos? Y lo de que Rockefeller (sí, el cuervo de José Luis Moreno), Endesa y Repsol se llevan un 25% de nuestros jornales, y que si por ellos fuera, sería mucho más... ¡Eso también lo sabíamos, coña! ¿Ahora qué hacemos? Sólo ha faltado que saliese el Follonero diciendo con respecto al 23-F lo que García-Trevijano y otros pensadores llevaban diciendo tres décadas.

Aún así, por mucha lógica que tenga lo que estés defendiendo, no puedes hacerlo sin aportar pruebas. Ni como en este caso fuentes, y basarte únicamente en indicios y apariencias. ¡Pero tío, que para refutar lo de los chips me han puesto una conversación grabada de un notas que supuestamente se hizo amigo de un Rockefeller! Jajajajaja. A eso llamo yo rigor documental.