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Voto de Michael Ginsberg:
8
6,5
5.666
Drama. Romance
Tras huir de su estresante vida en la ciudad, Nat, de 30 años, se refugia en el pequeño pueblo de La Escapa, en la España rural más profunda. En una casa de campo destartalada, con un perro callejero, la joven intentará reconducir su vida. Tras lidiar con la hostilidad de la persona que le alquila la casa y la desconfianza de los habitantes del pueblo, Nat se ve obligada a aceptar una inquietante proposición sexual que le hace su vecino ... [+]
29 de noviembre de 2023
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Coixet ofrece una profunda reflexión acerca de la necesidad imperiosa y generalizada de buscar la felicidad en el exterior, en lugar de en el interior de uno mismo. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La protagonista padece esa necesidad y eso la limita, la hace dependiente del resto. Romantiza la vida, la idealiza. Es por eso que su anterior trabajo le es insoportable, como una jarra de agua fría que es la realidad. Tiene la convicción de que si se muda lejos, a un remoto pueblo, donde nadie la conoce, dejando atrás su vida, obtendrá un cambio. Sin embargo, su auténtico problema es otro. Son las heridas internas que carga consigo allá a donde va.
El perro en la historia sirve como un claro reflejo de su amor propio, magullado, maltratado y lleno de cicatrices. Miedoso, desconfiado, tendente a esconderse. “Antes me gustaba bailar” dice la protagonista. Probablemente cuando el perro todavía no tenía esas cicatrices. No obstante, las heridas se lamen y se curan. El hecho de que la protagonista cuide y quiera al animal puede interpretarse como un acto de cuidado y crecimiento de sí misma.
Finalmente, el perro le es arrebatado simbolizando la desaparición de toda autoestima (junto con la relación amorosa que ella idealizaba y no era más que sexual). Es por ello que, una vez más, se sube a su coche con la intención de dejar todo atrás. El interrogante de si la protagonista ha aprendido algo a lo largo de su viaje es esencial para comprender el mensaje de la película.
La respuesta nos la da la última escena. La canción “Es wird wieder gut” resulta una fiel acompañante, que versa sobre la superación, la esperanza de volver a levantarse después de una caída. A su son, nuestra protagonista, aprende una lección, la vida no es idílica y no puede limitarse a vivir con ese concepto felicidad que la hace dependiente del resto. De esta forma, (con la vuelta simbólica de la mascota), ella recupera su amor propio, eso que debe ser más que suficiente para ser felices o, como dice la metáfora, para bailar de nuevo.
El perro en la historia sirve como un claro reflejo de su amor propio, magullado, maltratado y lleno de cicatrices. Miedoso, desconfiado, tendente a esconderse. “Antes me gustaba bailar” dice la protagonista. Probablemente cuando el perro todavía no tenía esas cicatrices. No obstante, las heridas se lamen y se curan. El hecho de que la protagonista cuide y quiera al animal puede interpretarse como un acto de cuidado y crecimiento de sí misma.
Finalmente, el perro le es arrebatado simbolizando la desaparición de toda autoestima (junto con la relación amorosa que ella idealizaba y no era más que sexual). Es por ello que, una vez más, se sube a su coche con la intención de dejar todo atrás. El interrogante de si la protagonista ha aprendido algo a lo largo de su viaje es esencial para comprender el mensaje de la película.
La respuesta nos la da la última escena. La canción “Es wird wieder gut” resulta una fiel acompañante, que versa sobre la superación, la esperanza de volver a levantarse después de una caída. A su son, nuestra protagonista, aprende una lección, la vida no es idílica y no puede limitarse a vivir con ese concepto felicidad que la hace dependiente del resto. De esta forma, (con la vuelta simbólica de la mascota), ella recupera su amor propio, eso que debe ser más que suficiente para ser felices o, como dice la metáfora, para bailar de nuevo.